La Vanguardia - Dinero

No hay muro que frene la migración de datos

NetApp tiende puentes entre el ‘datacenter’ convencion­al y los proveedore­s de servicios en la nube

- Norberto Gallego

Cada vez que le preguntan por qué –tras 23 años de exitosa carrera como directivo de Microsoft decidió en el 2020 aceptar la oferta para ser presidente de NetApp–, César Cernuda (51) tiene muy ensayada la respuesta: “¿Por qué no?”. Fueron los mejores años de su vida, dice, de los que está orgulloso y agradecido, pero se siente pletórico con el cambio. Su empresa actual, con 11.000 empleados en 160 países, no es pequeña, pero no es equiparabl­e a Microsoft.

Fundada en 1992, esta firma california­na ha sido conocida desde el inicio como suministra­dora de equipos (y su software) para almacenami­ento de datos. Entre sus clientes hay grandes empresas (28 del Ibex 35, valga como ejemplo) y destaca por haber visto venir los vientos del mercado que traían nubes. Los datos, que para una empresa son como el agua para los seres vivos, ya no habitan en casa propia.

Hay una masa migratoria de las llamadas cargas de trabajo, siempre creciente, que tiende a moverse hacia las infraestru­cturas de los proveedore­s de servicios. Por lo que, antes de verse superada por la corriente, NetApp decidió acompañarl­as en el viaje. Y no le ha ido mal, por cierto.

“Cuando nuestra base instalada empezó a llevar sus cargas a la nube, los clientes se encontraro­n ante los retos de un mundo nuevo: latencia, fiabilidad y rendimient­o son requisitos comunes, pero más exigentes en la nube que en la propia casa. La compañía descubrió que su papel podría ser el de facilitarl­es el movimiento en ambas direccione­s, siempre con integridad”, señala Cernuda.

Algo no ha cambiado en el paisaje: NetApp se mantiene en la élite de la infraestru­ctura convencion­al de almacenami­ento, como líder en la tecnología flash, basada en memorias de estado sólido. Las ventas de esta categoría crecen en torno al 7%, según cifras de IDC, y las de NetApp un 15%, con el resultado de que arrebata cuota a sus competidor­es, explica.

Los datos van y vienen, suben y bajan, crecen, se multiplica­n, pueden ser un incordio o plantear riesgos. Su movimiento no sabe de muros ni concertina­s. Bien lo saben los proveedore­s de servicios cloud, que aprecian el puente que NetApp tiende entre ambas orillas. Porque no todos los datos pueden migrar y los que se quedan en el datacenter suelen ser, además, los más delicados.

La actitud de Microsoft es sintomátic­a, al acoger la tecnología de NetApp como componente de su plataforma Azure. “Igual muchos la usan sin saberlo, porque solo les interesa saber en qué nube están sus cargas y no tanto quién ha puesto el software que las mueve”. También Amazon Web Services ofrece opcionalme­nte la solución de NetApp, llamada Cloud Volumes, igual que hacen Google Cloud e IBM.

Así nacen necesidade­s y nichos de mercado. NetApp ha adquirido Spot, compañía especializ­ada en la optimizaci­ón de las cargas migradas. Su tecnología analiza y mejora el consumo de los recursos cloud. Asimismo, la transición hacia un modelo de pago por uso es parte de la estrategia, con el objetivo de recaudar 250 millones de dólares en ingresos recurrente­s este año fiscal que se cerrará en abril, pero a mitad de camino se habían alcanzado 216 millones. A Cernuda le parece plausible llegar a 1.000 millones en el 2025. “Es una política que nos permite abordar una clientela nueva para nosotros, empresas medianas que no invertiría­n en infraestru­ctura, pero estarían encantadas de pagar según la capacidad que consuman”.

No todos los datos pueden migrar y los que no lo hacen son los más delicados

La tecnología flash sigue creciendo: un 7% de media y un 15% en el caso de NetApp

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