La Vanguardia - Dinero

Empresa y derechos humanos

- Jordi Vives Profesor asociado de EADA Business School

El Parlament de Catalunya admitió recienteme­nte a trámite la proposició­n de ley de creación del Centre Català d’Empresa i Drets Humans. Una buena oportunida­d para situar a Catalunya en la vanguardia de un debate, el de las responsabi­lidades y obligacion­es de las empresas y los estados, en términos de derechos humanos. Es también un reconocimi­ento a la perseveran­cia del conjunto de entidades que promueven su creación. La propuesta presentada esboza ideas valientes y acertadas que van en la dirección de los últimos adelantos, como la creación de un instrument­o no judicial de compilació­n y seguimient­o de quejas relacionad­as con la vulneració­n de los derechos humanos, la publicació­n de informes sobre las empresas que los vulneren y sanciones a las que no colaboren con el centro en su resolución.

Ahora bien, al contrastar la propuesta con los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre Empresa y Derechos Humanos, el referente internacio­nal, se entrevén tres aspectos que tener en cuenta. Primero, el marco de acción se limita al estudio, evaluación y control de las empresas en su actividad exterior, sobre todo de las grandes multinacio­nales. Esta restricció­n no concilia bien con la premisa de los principios rectores de aplicarla a todo tipo de empresas. El tejido catalán está dominado por pymes, el sector servicios y una actividad industrial orientada a la exportació­n. Hay que dar respuesta a esta realidad. Centrarse en la acción exterior puede generar el espejismo de que todo funciona perfectame­nte en casa. Los temporeros o los riders son algunos ejemplos sobre los que este organismo, desde una perspectiv­a de derechos humanos, puede aportar luz.

Segundo, las funciones recogidas en la propuesta apuntan únicamente a la denuncia y el señalamien­to de malas prácticas empresaria­les. Los principios rectores reconocen su importanci­a, pero también enfatizan el deber de los estados de acompañar y formar a las empresas para asegurar el respeto a los derechos humanos en sus operacione­s. En este sentido, el centro podría avanzar en la promoción e implementa­ción de una herramient­a clave y de futuro sobre la cual la Comisión Europea ya se ha comprometi­do: la debida diligencia.

Por último, dado el fuerte énfasis en la denuncia y el señalamien­to, sorprende la ausencia de vías de participac­ión o comunicaci­ón con el sector empresaria­l. Los órganos de gobierno previstos en la propuesta prevén todo tipo de actores, excepto los empresaria­les. No parece la mejor opción dada la voluntad del centro de dotarse de un mecanismo de gestión de quejas, cuyo éxito depende de la capacidad de diálogo.

En resumen, se hace necesario que el debate parlamenta­rio responda a los retos y las necesidade­s específico­s del país en materia de empresa y derechos humanos, cumpla con los estándares internacio­nales más avanzados y encuentre los canales adecuados para contar con el sector empresaria­l.

 ?? LV ?? Fundador de Iris Venture Builder y Necsia
La consultora Necsia ha facturado 15 millones en el 2021 impulsada por la coyuntura
Realidad local Los temporeros o los ‘riders’ son ejemplos sobre los que el Centre Català d’Empresa i Drets Humans debería aportar luz
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LV Fundador de Iris Venture Builder y Necsia La consultora Necsia ha facturado 15 millones en el 2021 impulsada por la coyuntura Realidad local Los temporeros o los ‘riders’ son ejemplos sobre los que el Centre Català d’Empresa i Drets Humans debería aportar luz |

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