Crisis sanitaria e incertidumbre
Las positivas previsiones sobre la renta variable podrían aplazarse hasta el año 2022 ante la pandemia
El empeoramiento de la pandemia vírica ha provocado un freno drástico en las valoraciones de los fondos ya que los mercados de renta variable han entrado en fase de incertidumbre aguda. En medios económicos han empezado a circular previsiones bastante menos favorables para el rumbo de la economía, y es ya una idea muy extendida la que aplaza hasta el año 2022 la consolidación del PIB español y en general de las economías europeas.
El empujón que está anunciando estos días la nueva Administración estadounidense, con la llegada de un presidente demócrata más inclinado a las políticas de estímulo que su antecesor, puede contribuir a mejorar la valoración de los analistas. Estas medidas de apoyo llegan en un momento oportuno, ya que podrán contribuir a moderar los riesgos de la pandemia.
Una encuesta realizada hace días por los expertos del grupo BNY Mellon arrojó un resultado abrumadoramente favorable, hasta un 80%, para la evolución de la renta variable, destacando las perspectivas de los mercados asiáticos y, en conjunto, algunos sectores, con la particularidad de que se precisa una gran selectividad en los sectores a la hora de invertir.
Uno de los sectores más auscultados es el tecnológico, aunque existe una idea de cierta sobrevaloración en estas compañías tras las fuertes ganancias de los últimos años. La renta variable de los emergentes es otra de las opciones que barajan los analistas como interesantes, de la misma forma que en el segmento de la renta fija existe una buena predisposición hacia los valores high yield. En la misma medida, la deuda soberana no parece gozar, de cara a los próximos meses, de una predisposición altamente positiva.
La influencia de la pandemia resultará, en todo caso, un factor muy sensible, ya que la evolución
El impulso de la nueva Administración en EE.UU. reducirá la incertidumbre de los mercados
de la crisis sanitaria es muy imprevisible y, en relación directa con esta incertidumbre, las medidas que puedan adoptar los gobiernos con alto potencial de influir en la paralización de la economía tendrán impactos elevados en los beneficios empresariales y en las expectativas de crecimiento económico. El corto y medio plazo será, a la postre, una fuente de problemas para las empresas y para la evolución de los mercados.