La Vanguardia - Dinero

Surfear con un poco de ayuda eléctrica

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eSea ha desarrolla­do un propulsor eléctrico portátil que se puede acoplar a cualquier embarcació­n ligera

Íñigo Barrón y Fran Martín se dedicaban a materializ­ar ideas tecnológic­as hasta que una de las ideas les conquistó: acoplar un motor eléctrico a las tablas de surf para ayudar a coger más velocidad o a llegar más lejos, siguiendo la misma filosofía que las bicicletas eléctricas. Una solución que podía ampliarse a todo tipo de embarcacio­nes ligeras, tanto hinchables como rígidas.

Para hacer realidad esta idea, los emprendedo­res buscaron a tres socios capitalist­as que aportaron cerca de medio millón de euros. Pasados ocho años desde la idea inicial y tras dos años de desarrollo, acaban de presentar su dispositiv­o, que comerciali­zan bajo la marca eSea. “La intención era salir en verano del 2020, pero tuvimos que aplazarlo hasta este año a causa de la pandemia de la covid”, explica Barrón.

eSea es un dispositiv­o compacto, de menos de tres kilos de peso, que cabe en una mochila pequeña. Funciona con unas baterías recargable­s, que le proporcion­an una autonomía de hasta dos horas, y se controla mediante un mando a distancia. Además, es un propulsor no intrusivo que, de no activarse, “no modificar el comportami­ento de la embarcació­n”, aseguran.

Está pensado para el ocio pero también para las escuelas náuticas y los equipos de rescate, para quienes puede ser de ayuda al reducir el tiempo de llegada y retorno, así como el esfuerzo físico necesario. Antes de su comerciali­zación, el dispositiv­o Íñigo Barrón y Fran Martín, los dos viejos de mar detrás del dispositiv­o de propulsión eSea ha sido probado por equipos de rescate del País Vasco.

La mayor parte de la tecnología y de los componente­s son de kilómetro cero. “Las celdas de las baterías se hacen en China o Corea, como es habitual, pero se montan en Rubí. La electrónic­a es de l’Hospitalet de Llobregat, la ingeniería es de El Papiol y la inyección del plástico se hace en Sabadell”, explica Barrón.

Su público objetivo son clubs y escuelas náuticas, tiendas de alquiler y también clientes finales. Con un precio de venta al público de 1.780 euros, Martín avanza que están en “conversaci­ones avanzadas con grandes distribuid­ores europeos” para su comerciali­zación. Su previsión de ventas para este año es de 200 unidades.

No es un dispositiv­o único en el mundo, pero la competenci­a no asusta a estos viejos lobos de mar. “¡Pasamos de los cincuenta, así que ya estamos vacunados! (de la covid)”, bromea Barrón. “La competenci­a existente es de China y es de poca fiabilidad y de peor calidad. Nosotros queremos ser un referente en calidad y seguridad”, añade el cofundador.

Con sede en El Papiol, la empresa, eSea Tecnología de Propulsión, ocupa a tres personas en la actualidad.

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