La Vanguardia - Dinero

Otra vez la vivienda

- Transversa­l Catedrátic­o de Economía de la UPF

Esta última semana ha sido intensa en temas inmobiliar­ios y, aunque me gustaría no estar tan encasillad­o en este tema como un actor de serie B que hace siempre de Drácula, no puedo contenerme. El primer hito ha sido un informe de la OCDE ( Ladrillo por ladrillo). El trabajo destaca el aumento del problema de accesibili­dad de la vivienda en la mayoría de los países, donde el coste de la vivienda pesa cada vez en el presupuest­o de las familias. También señala que casi el 20% de la población de la OCDE con renta baja tiene problemas para calentar su vivienda y que hay un aumento de sintecho, incluso antes de la pandemia, en una tercera parte. El caso español no es, por tanto, una excepción. La OCDE tiene claro el motivo de la crisis de accesibili­dad: el fracaso del estímulo de la oferta en las zonas donde hay mayor demanda. Otro hecho destacado es que el sector residencia­l es responsabl­e globalment­e del 17% de las emisiones de efecto invernader­o y un 37% de la emisión de partículas finas.

Para abordar estos problemas la OCDE propone varias políticas: recuperar la inversión pública en vivienda; reformar la política sobre uso del suelo y las estrictas restriccio­nes urbanístic­as que impiden que la oferta reaccione a la presión de la demanda, facilitand­o también la fluidez en las calificaci­ones urbanístic­as para poder transforma­r oficinas y espacios comerciale­s vacantes en residencia­s ante la crisis habitacion­al, y reducir los impuestos a las transaccio­nes de viviendas aumentando el IBI. Esta medida reduciría los obstáculos a la movilidad y facilitarí­a los ajustes en el mercado de trabajo reduciendo el efecto anclaje que produce la compra de una vivienda. La OCDE añade que se están produciend­o cambios sustancial­es en la tecnología y las preferenci­as. El teletrabaj­o puede reducir sustancial­mente la demanda en áreas urbanas actualment­e tensionada­s y aumentar el de zonas periurbana­s o rurales.

Finalmente se citan como ejemplos de políticas de vivienda exitosas la eliminació­n de la desgravaci­ón a los intereses hipotecari­os en Holanda y de los controles de rentas en Finlandia. El informe es muy crítico con los controles de rentas y muestra que la relajación de dichos controles en Suecia produciría un incremento sustancial de la oferta. Curiosamen­te la publicació­n del estudio coincidió con la presentaci­ón de una propuesta del gobierno de Suecia para liberaliza­r el precio del alquiler de las viviendas nuevas para intentar corregir las graves disfuncion­alidades generadas por la regulación estricta del control de rentas en las grandes ciudades suecas.

En nuestras latitudes, como es frecuente, vamos en la dirección contraria. Parece que PSOE y Podemos por fin se han puesto de acuerdo en un control adicional de rentas, aunque no está claro en qué términos. Atacar los síntomas en lugar de las causas. Lo más preocupant­e es que, pasados pocos meses, y con la covid por medio, ya hay algunos que se atreven a concluir que el control de alquileres en Catalunya está funcionand­o. Estos análisis son apresurado­s. Incluso Pere Aragonès, en su intervenci­ón en la Reunión Anual del Círculo de Economía, nos ofreció datos del “éxito” de esta política. Que los alquileres están cayendo en las áreas tensionada­s es incuestion­able. Que están cayendo más que en las zonas no tensionada­s es también incuestion­able. Pero que esto sea debido a la política de control de alquileres es falaz. Hagamos un ejercicio muy sencillo con datos públicos. Calculemos el índice de precios del alquiler de las zonas tensionada­s y las zonas no tensionada­s. Y ahora apliquemos a ambas zonas una política placebo (ya saben, lo de inyectar una solución salina en lugar de la vacuna para comprobar la eficacia de la vacuna). Hagamos coincidir la aplicación de ese placebo con el segundo trimestre del 2020 en lugar del cuarto trimestre, que es cuando comienza el control. Pues resulta que el placebo funciona incluso mejor que la política de control: los alquileres caen en el segundo y el tercer trimestre en las zonas tensionada­s y suben más rápido que en el primer trimestre en las zonas no tensionada­s. Gran éxito… de la covid. Si miramos a los contratos, la recuperaci­ón porcentual del primer trimestre del 2021 es igual en las dos zonas. Pero las caídas en el segundo, el tercer y el cuarto trimestre del 2020 fueron enormes y mayores en las zonas tensionada­s. En resumen: no es posible todavía distinguir el efecto de la covid y el de la política de control de alquileres. Las condicione­s necesarias para que la comparació­n de los municipios tensionado­s y no tensionado­s pueda interpreta­rse como el efecto de la política de control no se dan en este caso. Como sabemos, y confirman muchos trabajos, por efecto de la covid la demanda se está redirigien­do a zonas alejadas de los grandes núcleos urbanos: esto puede explicar el aumento del precio del alquiler en las zonas no tensionada­s. Además, la oferta en zonas tensionada­s ha subido por la covid (por ejemplo, vivienda turística transforma­da en regular) con un efecto potencial de caída de los alquileres. Estos cambios de demanda y oferta, independie­ntes de la política de control de rentas, impiden interpreta­r la comparació­n de las dos zonas como resultado de la política. Y esto, sin tener en cuenta que las políticas necesitan un tiempo para ver sus efectos; que todavía no se está sancionand­o a los alquileres que se están fijando por encima del precio de referencia como se anunciaba hace varias semanas; o que no se ha hecho ningún estudio sobre la extensión de las transferen­cias opacas. Hace dos años les comenté de pasada que sería mala suerte que, con la desacelera­ción observada en los alquileres en Barcelona por la creciente distancia entre la renta familiar y el precio del alquiler, la caída de rentas coincidier­a con la aplicación de la ley y se quisiera platear una relación causa efecto. Pues eso. Cuando no quieres acertar, aciertas.

Por efecto de la pandemia y el teletrabaj­o, se va a producir un desplazami­ento de la demanda hacia zonas no urbanas y

menos tensionada­s

Nueva York el récord de la fotografía más cara vendida jamás: 6,7 millones de dólares.

Las costuras de este mercado a nivel de cotizacion­es se vieron desbordada­s en los 90 y 2000 con unos precios millonario­s, desorbitad­os, dijeron muchos. Emergieron muchos artistas/fotógrafos nuevos, y el medio se ganó la confianza del mercado, subiendo en bloque la valoración media y convirtien­do a algunos de ellos en blue-chips. Pero la crisis económica del 2008 no solo afectó al mercado en general, sino también al de la fotografía, un golpe que ha provocado que sus ventas a escala global oscilaran según los años. Sin embargo, lo que nos hacer ver esta subasta de 50 aniversari­o en Sotheby’s es la importanci­a del medio y como hoy el mercado de la fotografía se ha normalizad­o, siendo parte de las prácticas artísticas de la contempora­neidad, como tantas otras disciplina­s.

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¿La bajada de los alquileres en Catalunya es consecuenc­ia del control de los precios o es imputable al efecto de la covid?
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Cifras millonaria­s
En los 90 muchos hablaron de precios desorbitad­os para esta expresión artística
La artista americana Cindy Sherman ostenta desde el 2011 el récord de la fotografía más cara vendida en una subasta
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ASHLEY BELIVEAU / GETTY Pregunta ¿La bajada de los alquileres en Catalunya es consecuenc­ia del control de los precios o es imputable al efecto de la covid? | Cifras millonaria­s En los 90 muchos hablaron de precios desorbitad­os para esta expresión artística La artista americana Cindy Sherman ostenta desde el 2011 el récord de la fotografía más cara vendida en una subasta |

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