Si queremos futuro, FP
ORGANIZACIONES AZULES: LÍDERES DE LA ERA DIGITAL Alberto Delgado y Alfonso Ramos
Copérnico quitó a la Tierra del centro del universo, y en la época digital toca hacer lo mismo con la idea de que una empresa solo se puede organizar de forma jerárquica, con departamentos y áreas funcionales, afirman los autores del libro, ingenieros de formación y con décadas en el sector de las tecnologías de la información. El control taylorista está obsoleto, dicen, y hace falta un liderazgo centrado en el propósito, positivo con el talento, celular, simple, disruptivo, capaz de escuchar y responder rápido, obsesionado con el cliente y conectado.
LOS MOTORES DE LA CREATIVIDAD Luis Vázquez y Roberto Sánchez
Ser creativo, recuerdan los autores, no es sinónimo necesariamente de ser genial. Ni de ser excéntrico. Ni de tener ideas raras, sino ideas nuevas y útiles. Y si a tener ideas geniales no se aprende, sí se puede aprender a desarrollar la creatividad, que resulta fundamental para crear valor. En este libro repasan los factores que la frenan, como la lógica del conflicto en las empresas y el pensamiento convergente, y los motores que la definen: observar, analizar, conectar, transformar, trasplantar, imaginar, cuestionar, eliminar y recuperar.
LA FILOSOFÍA DEL ÉXITO Napoleon Hill
Uno de los padres de los libros de autoayuda, autor del bestséller Piense y hágase rico (1937), que incitaba a la superación y a que tener poderosas expectativas resulta decisivo para mejorar en la vida, acusado de fraude en sus afirmaciones de encuentros con líderes de la época, el pensamiento del estadounidense Napoleon Hill, inicialmente reportero y siempre observador, sigue de actualidad. Este libro analiza sus principios para el éxito, de la definición del propósito al entusiasmo, la actitud mental positiva o aprender de la derrota.
Instalación y mantenimiento, electricidad y electrónica, carpintería, fabricación mecánica o sanidad son solo algunos de los ciclos de la FP con más salidas laborales, con unos niveles de inserción, y en algunos casos también de salarios, muy por encima de los grados universitarios. Como se ha demostrado, los países más avanzados y competitivos son los que han hecho una clara apuesta por la FP, cuando aquí aún la consideramos de segunda.
Yo he vivido la FP siendo estudiante, profesor, responsable de la relación FP-Empresa y ponente de la Logse en la consideración de las prácticas obligatorias. Me considero un abanderado de la FP y observo que aunque parece que se haga una apuesta por ella, puede y debe ser mejor, y más si la comparamos con la de Alemania y la UE en general. Nosotros tenemos un exceso de personas con titulación universitaria y nos faltan profesionales con formación profesional, lo contrario a los que sucede prácticamente en toda la Unión Europea. Es decir, no tenemos en cuenta la demanda empresarial de perfiles, que es un aspecto fundamental y estratégico del modelo formativo. A modo de ejemplo, actualmente no estamos cubriendo 8.000 puestos de trabajo como instaladores eléctricos con unos salarios de convenio de salida sobre los 22.000 euros, algo absolutamente incomprensible con el paro existente.
Solo tres datos para reflexionar. El primero proviene del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop): su European Skills Index nos indica que España se encuentra entre las tres peores posiciones, junto a Grecia e Italia, del ranking comunitario en términos de las competencias desarrolladas a través de la formación y su correspondencia efectiva con las necesidades competenciales del mercado de trabajo. El segundo dato hace referencia a las empresas en Catalunya, que requieren de un 53% de personas ocupadas con formación profesional cuando solo un 23% tiene estos estudios. En contraposición, la economía más competitiva europea, la alemana, tiene prácticamente un 56% de titulados en FP, de acuerdo con las necesidades reales de su mercado. Y el tercero, quizás el más demoledor por su impacto sobre los jóvenes, es que cerca de 15.000 catalanes se quedaron sin matrícula para estudiar FP este curso. No podemos quedarnos nuevamente sin cosecha y ¡no nos lo podemos permitir!
No sigamos cerrando los ojos y construyamos un sistema de oferta que se ajuste a la demanda del mercado de trabajo y sitúe las necesidades de las empresas en el origen y el destino de las políticas de formación. En Catalunya tenemos una herramienta: la Comissió Rectora del Sistema de Formació i Qualificació Professionals. Porque si queremos futuro, ¡entonces, FP!