Efecto contagio
Desde los transportistas hasta asociaciones de consumidores se ha alertado esta semana de que la subida de precios se acabará trasladando a otros productos. “En el caso concreto de los carburantes, afecta directamente al coste del transporte de mercancías, que tiene especial incidencia en los alimentos, un bien de primera necesidad que ya arrastra importantes subidas”, se apuntaba en una nota desde la OCU. obligación. Existen herramientas oficiales como el Geoportal de gasolineras del Ministerio de Transición Ecológica, donde se recogen los precios actualizados de gasolineras en todo el país. En un ejemplo práctico en Barcelona, este viernes la gasolina más barata costaba 1,729 euros el litro, mientras que la más cara se iba a 1,999, 27 céntimos más. En gasóleo, el diferencial se iba a 32 céntimos. Los mapas también sirven para consultar las gasolineras low cost, que ofrecen rebajas medias de entre 10 y 15 céntimos sobre las tradicionales, asegura Moure.
Cuando modificar hábitos no es una opción también hay que intentar sumar gente y compartir el viaje repartiendo el coste, comenta Díaz. Y cambiar la forma de conducir. La conducción eficiente, que busca sacar la máxima eficiencia energética del vehículo, puede reducir entre un 15% y un 35% el consumo, asegura Carles Llinàs, instructor del Advanced Driving Center del RACC. La regla de oro es “mantener una velocidad estable y lineal, con la marcha más larga y el régimen de revoluciones más bajo posible”, dice. Lo ideal es el “modo vela”, con la marcha engranada y empujado por la inercia residual, soltando el pie del acelerador, momento en el que “el consumo es cero”. Otras claves pasan por usar el sistema start-stop; guiarse por el económetro, que marca el consumo en tiempo real; ir sin prisas y ser más observador, con mayores distancias de seguridad, para evitar acelerones y frenazos, sobre todo en entornos urbanos.
Díaz acaba con un llamado a la calma: “Si nos volvemos locos y nos ponemos a llenar el depósito para prevenir, se dará el efecto contrario: más demanda hará que el precio suba”. “Nos movemos en la incertidumbre, eso es lo peor. Quizás mañana suben, bajan...”, añade. En cualquier caso, si la situación se normaliza, “no se espera una bajada de precios al ritmo que han subido. Lo harán muy poco a poco”, señala Moure. Es el eterno caso de precios que suben como un cohete y descienden como una pluma, de forma mucho más contenida y suave. Sin bola de cristal, al cliente no le queda más que intentar anticiparse.