ICONO LA PANTERA QUE MÁS BRILLA
La primera pantera de Cartier surgió como un adorno moteado blanco y negro que adornaba un reloj de pulsera en su distintivo estilo Art Déco. Louis Cartier, el alma de la Maison, fue el responsable de esa histórica aparición en el año 1914. Y la fiera siguió apareciendo de forma circunstancial en otras joyas hasta 1933 cuando la directora creativa Jeanne Toussaint la elevó, con decisión, a la categoría de icono.
Fue ella, Toussaint, quien declinó la belleza del felino en arte con su empeño de crear piezas de alta joyería como el mítico broche de la pantera engastada en una esmeralda que creó en 1948 para la duquesa de Windsor. Desde entonces, la fuerza del nuevo icono no hizo más que crecer y crecer y tuvieron sus propias panteras desde la princesa Nina Aga Khan o Barbara Hutton, a Daisy Fellowes o María Félix.
La metáfora de este animal como la feminidad más absoluta ha sido versionada
desde esa primera aparición en Cartier en 1914 en los diseños y materiales más diversos. Son pendientes y polveras. Brazaletes y collares. Relojes y broches. Sortijas cada vez más contundentes que se suman a una gama que en el 2014, justo 100 años después del lanzamiento de la primera pantera, se vio especialmente ampliada.
Ahora es precisamente esa la colección más amplia y exquisita creada por Cartier hasta la fecha con una sesentena de piezas que incluyen sobre todo brazaletes geométricos; anillos escultóricos con cabezas de pantera y, por supuesto, broches que emulan la elevada belleza del que en su día se realizó para la duquesa de Windsor.
Siempre con oro amarillo, oro blanco y platino, ónix, esmeraldas (una constante para los ojos del felino), zafiros y diamantes de excepción, cuidadosamente seleccionados teniendo en cuenta las 4C (carat, color, clarity, cut).