La fiebre del oro ataca de nuevo
Las incertidumbres geopolíticas y económicas derivadas de la guerra en Ucrania han desatado una inflación que parece no tener fin. Ante este contexto hay un cobijo donde refugiarse: el oro. Así lo recomienda Degussa, la compañía de referencia en Europa en el comercio de oro físico de inversión y otros metales preciosos. Su director en España, Tomás Epeldegui, defiende que apostar por el oro físico ofrece ventajas importantes porque es un producto tangible, que ofrece una propiedad y que sirve como “protección frente al mercado financiero”. Algo que no pasa con el “oro papel”, en el que existen
“tres o cuatro capas” entre el metal y el comprador.
Una opinión que se refuerza con los datos del Consejo Mundial del Oro, en los que se indica que el precio del oro físico en febrero subió un 6% intermensual en dólares, registrando la mayor alza desde mayo del 2021.
Pero la demanda del metal dorado no empezó con la guerra en Ucrania, sino que lo hizo antes. Según los datos del citado organismo internacional, en el último trimestre del año pasado se incrementó un 24% en España, mientras que a escala mundial aumentó un 49% respecto al mismo periodo del 2020. Las cifras supusieron una subida del 15% y del 10% en España y todo el mundo, respectivamente.
Epeldegui subraya la importancia de los bancos centrales en estos resultados –sus compras aumentaron un 82% en el 2021 según el Consejo Mundial del Oro–, que ven en la posesión de reservas de oro un asidero al ser una “garantía de pago”.
Pese a que el precio del oro no ha subido más tras dispararse al estallar la pandemia de la covid, sigue siendo una inversión “sumamente segura”. Y es que, con las previsiones de que la inflación siga al alza, “el dinero valdrá menos. y el oro seguirá ganando valor, como ha pasado históricamente”, explica Epeldegui
Demanda
El interés en el metal dorado en España se disparó en el cuarto trimestre del año 2021