El Erasmus más provechoso
Espiga es una firma de cerveza artesana que tras diez años de andadura acaba de abrir su primera tienda física
Arnau Rovira se fue de Erasmus a Dinamarca, y Teresa Galván, a Alemania. Entre clase y clase, descubrieron el mundo de las cervezas artesanas, unas grandes desconocidas todavía en Catalunya. Al regresar, ambos biólogos coincidieron en un máster de agrobiología y no se lo pensaron dos veces a la hora de lanzarse a elaborar su propia cerveza artesana. “Empezamos en casa, con una producción de 20 litros para autoconsumo”, recuerda Rovira. Pero lo que empezó como un pasatiempo se convirtió muy pronto en un proyecto de vida.
En el año 2012, los emprendedores crearon la firma cervecera Espiga. “Al inicio éramos nosotros dos solamente, pero poco a poco fuimos aumentando la producción y creciendo en equipo”, explica Rovira. En la actualidad, producen 20.000 litros y son más de una decena de personas.
Espiga cuenta con un catálogo de más de veinte cervezas de distintos estilos. “Elaboramos desde cervezas de estilos clásicos hasta fórmulas más innovadoras, como cervezas de fermentación mixta con mosto y envejecidas en barricas de vino del Penedès”, indica el cofundador. Además de a través de su página web, sus cervezas son vendidas en bares, restaurantes, tiendas especializadas y empiezan a tener presencia en grandes superficies. El 40% de las ventas se localiza en la provincia de Barcelona, y el 30% de la producción es exportado a otros países europeos (incluida Alemania, uno de los países a los que Espiga debe su nacimiento). El 30% restante se reparte, básicamente, entre las otras zonas de Catalunya.
El pasado invierno, los cofundadores de Espiga fueron un paso más allá. Abrieron su primera tienda física, ubicada en la ciudad de Barcelona. “Con el éxito que estamos teniendo, ya tenemos previsto abrir más tiendas en otras localizaciones”, avanza el emprendedor.
Para poder seguir creciendo, han adquirido una nave contigua a las actuales instalaciones que la empresa posee en Sant Llorenç d’Hortons (Alt Penedès) y están preparando un plan de inversión con el objetivo de multiplicar por cinco la producción actual. “Nos proponemos consolidarnos como la marca de cerveza artesa de referencia para el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías)”, señala Rovira. El cofundador indica que este canal de ventas, uno de los más afectados por la pandemia de la covid, ya ha recuperado la normalidad. Gracias a ello, Espiga ha cerrado el 2021 con una facturación de 700.000 euros, un 10% más que la cifra de negocio registrada en el 2019, el último ejercicio completo antes de la irrupción del nuevo virus. Unos ingresos que no están nada mal como experiencia de Erasmus.