El puzle del dinero catalán
‘Els que manen’ retrata el origen y el presente de las grandes estirpes locales y traza una historia del país
Igual que centenares de pequeñas y coloridas teselas de dibujos imprecisos acaban conformando exuberantes y poderosos mosaicos repletos de simbología y múltiples significados, los 50 retratos de familias que han determinado el pasado, el presente y buena parte del futuro de la sociedad catalana actual que lleva a cabo con indiscutible pulso el libro Els que manen acaban trazando poco a poco, sin empujar pero sin evitarlo, toda una historia de la Catalunya de los últimos siglos.
Desde el sueño del mundo indiano –con 170 comerciantes sitgetanos en 1840 en Santiago de Cuba, como los Vidal-Quadras– hasta la explosión industrial con fábricas como el Vapor Vell de Sants de Joan Güell, impulsor también de La Maquinista Terrestre y Marítima, referente de los inicios de la industria pesada. Desde la terrible plaga de la filoxera y el salto de los vinos –tras plantar viñas americanas– al cava, como hicieron los Raventós, al mundo más turbio del comercio de esclavos. Y desde el apoyo a la Renaixença hasta las divisiones de la Guerra Civil y las divisiones del procès, pasando por episodios como la época en la que Guinea Ecuatorial fue básicamente una colonia catalana en la que Fèlix Millet se foguea como gerente de la empresa familiar Caifer (Compañía Agrícola e Industrial de Fernando Poo) y tocando el saxo en la banda Banana Boys.
Un Millet que, recuerdan los autores de Els que manen, los periodistas Pep Martí y Miquel Macià,
ELS QUE MANEN Miquel Macià y Pep Martí pronuncia una recordada frase que explica en parte el entramado de las grandes estirpes económicas del país: “Somos unos cuatrocientos y siempre somos los mismos”. Sin duda si en parte él es el mejor ejemplo, porque antes de caer acumula cargos y no solo preside el Orfeó Català sino también Bankpime o la Agrupació Mútua y recibe medallas como un plusmarquista mundial –y en otro episodio del libro se muestra cómo su padre facilita el acceso al Popular, que presidió, a los hermanos Valls-Taberner–, el libro ofrece un panorama más amplio y plural de las familias que protagonizan la vida económica, política y tantas veces cultural de Catalunya.
Los autores recorren desde los orígenes las historias de familias como los Cambó, los Güell, los Godó, los Carulla, los Rodés, los Gallardo, los Colomer, los Puig, los Carceller, los Daurella, los Serra Farré, los Lara, los Sánchez Llibre, los Suqué Mateu, los Grífols, los García-Nieto o los Godia, pero también ponen el foco en figuras como Isidre Fainé, Josep Oliu, Salvador Alemany, Jaume Roures –cuyo libro de referencia ideológica, cuentan, es Su moral y la nuestra, de Trotski, igual que el de Luis Valls-Taberner fue, recuerdan, el Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracián–, Emilio Cuatrecasas, Jordi Clos, Luis Conde o Isak Andic, y lo hacen siempre con la máxima voluntad explicativa de unas gentes y de su tiempo, sin buscar amigos pero sin sesgos innecesarios, narrando los giros que se producen dentro de las propias familias y dentro de la propia Catalunya y ofreciendo un panorama diverso con cuyas claves entender con fundamentos más sólidos el mosaico del presente.