Nuevo fármaco contra el cáncer
Oniria Therapeutics, surgida de la VHIO, UB e Icrea, avanza en la modulación de células latentes
Desarrollar nuevos fármacos contra el cáncer es uno de los grandes retos de la medicina. Conseguir un medicamento first-in-class en esta especialidad es un desafío al que muy pocos pueden aspirar. Se trata de un medicamento de nueva generación, un producto farmacéutico que utiliza un mecanismo de acción nuevo y único para tratar una afección médica en particular.
Completar los ensayos clínicos y acercar al mercado un first-inclass contra el cáncer es precisamente el objetivo de Oniria Therapeutics, una empresa biofarmacéutica constituida por la institución Vall d’Hebron Institut d’Oncologia (VHIO), la Universitat de Barcelona (UB) e Icrea (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats).
La nueva spin-off cuenta con el apoyo económico de la Fundación La Caixa, la Asociación Española contra el Cáncer y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), y centrará sus esfuerzos en el desarrollo de terapias para eliminar las células tumorales persistentes que resisten a los tratamientos convencionales y que son responsables de las recaídas y de la progresión de los pacientes a fases más avanzadas de la enfermedad. En concreto, Oniria trabaja en un fármaco que actúa modulando la función del factor epigenético TET2, y que podría inducir o sostener el estado de latencia de las células tumorales e incluso matarlas en tratamientos prolongados.
El trabajo científico sobre la modulación de las células latentes para superar la persistencia en los tumores se inició en el 2008 y, entre otros logros, ha hecho posible una patente sobre moduladores de TET2 que han demostrado eficacia contra el cáncer en modelos animales, destaca Esther Riambau, una experta en empresas emergentes que ocupa ahora el cargo de consejera delegada de Oniria.
El equipo fundador de la nueva empresa, además de los socios institucionales, está formado también por Héctor G. Palmer, jefe del grupo de células madre y cáncer del VHIO, que asume la función de responsable científico (CSO); Isabel Puig, investigadora sénior en el grupo de células madre y cáncer del VHIO, como asesora científica de nuevas dianas terapéuticas; Xavier Barril, investigador Icrea en la Universitat de Barcelona, asesor en química computacional, y Carlos Galdeano, profesor Serra Húnter y jefe del laboratorio de degradación dirigida de proteínas en la Universitat de Barcelona, como asesor científico en descubrimiento de nuevos fármacos. El equipo se completa con el doctor Josep Tabernero, director de VHIO y jefe del servicio de oncología del hospital Universitario Vall d’Hebron, que actuará como asesor clínico.
La empresa Oniria ha sido creada para seguir avanzando en el desarrollo de un primer fármaco con esta tecnología “en el ámbito de la oncología de precisión”, indica Esther Riambau. “Primero, con las pruebas preclínicas regulatorias, con animales de experimentación, que esperamos iniciar durante el 2023, y llegar a las pruebas clínicas, en humanos, en el 2025”, avanza la consejera delegada de Oniria. La empresa trabaja ahora activamente en una primera ronda de inversión de capital semilla.
Héctor G. Palmer, impulsor del proyecto desde sus inicios, ha destacado que, con la ayuda de la nueva spin-off, “es muy motivador e ilusionante ver como el trabajo de tantos años está llegando ya a una fase en la que pronto se convertirá en una realidad para los pacientes con cáncer y que les ayudará a combatir esta enfermedad”.
El doctor Josep Tabernero recuerda que el VHIO, instituto del cual es director, está “comprometido con la investigación, entendiendo que esta luego debe poder trasladarse a la práctica clínica y revertir directamente en un beneficio para los pacientes; y para ello es precisa la creación de empresas que desarrollen nuevas soluciones descubiertas en el laboratorio”, como es el caso de Oniria.
Los ensayos preclínicos podría iniciarse en el 2023, y las pruebas en humanos, en el 2025, según las previsiones
El trabajo científico sobre modulación de células latentes y aplicación en tumores se inició en el 2008
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