Emancipada de IBM, Kyndryl camina sola
La antigua división de servicios de infraestructura ha iniciado en abril su primer año fiscal
Independizarse de IBM ha permitido a Kyndryl, su antigua división Global Technology Services (GTS), abordar nuevas áreas de negocio dentro de su especialización, los servicios de infraestructura. Por un lado, conserva el vínculo umbilical gracias a la renovación del 100% de los contratos que tenía en el seno de la matriz; por otro, es libre de buscarse la vida asociándose con otras compañías de tecnoligías de la información (TI) que, en otras condiciones, serían reacias a compartir nada con IBM. Con esta evolución, la nueva compañía pasa de operar en un mercado total potencial de 240.000 millones de dólares (dentro de IBM) a unos 415.000 millones en el 2022, que debería superar el medio billón en el 2024.
La escalada refleja las expectativas de Kyndryl en las alianzas a que da lugar su independencia. Los resultados del primer trimestre de este año muestran un declive sobre los proforma de hace 12 meses; pueden considerarse como el precio de la transición hacia su primer año fiscal, iniciado el 1 de abril.
De entrada, Kyndryl está presente en 63 países. España y Portugal forman una de las once regiones que reportan directamente a la corporación, lo que le da capacidad de respuesta rápida a las necesidades de sus clientes, explica Luis Roca, consejero delegado de la filial ibérica. La compañía arranca con 250 clientes en España (y 80 en Portugal), entre los que están casi la mitad de las cotizadas del Ibex 35, ocho de los diez bancos principales, tres de las cuatro grandes aseguradoras y dos de las cuatro telecos, sin contar su fuerte presencia en el sector público.
Su estrategia no es puramente continuista. Seguirá prestando los servicios que Roca llama tradicionales, además de otros que desglosa en seis áreas. El directivo empieza por destacar la digitalización del puesto de trabajo, “que ha ganado intensidad con la pandemia”. Aunque por otras razones sobresale Z Cloud, una práctica que aglutina los servicios sobre sistemas mainframe; la novedad es que máquinas propiedad de Kyndryl podrán ser compartidas por varios clientes, algo que no ocurría en IBM. En tercer lugar, ha diseñado una estrategia en torno a las redes privadas 5G, para la que ha cerrado un acuerdo con Nokia. La lista sigue con la ciberseguridad y el gobierno del dato, en las que la inteligencia artificial desempeña un papel importante.
Para el final deja Roca un giro copernicano acerca de la computación en la nube. Kyndryl ha decidido cooperar a la vez con los tres grandes proveedores de cloud pública (AWS, Azure y Google): “Somos capaces de desplegar cargas en todas ellas y de unirlas dentro de un esquema de nube híbrida si es eso lo que quieren los clientes”.
Roca describe didácticamente los cambios que está viviendo. “Cada vez que empiezas con una infraestructura, poco a poco te vas internando en el terreno de las aplicaciones. No es nuestro negocio, pero sí el de compañías con las que cooperamos, entre las que está IBM. Al final, las aplicaciones que implanten las empresas van a consumir servicios de infraestructura, que es donde entra nuestra oferta”.
Las relaciones entre IBM y Kyndryl son y serán estrechas, pero sin preferencias recíprocas. En Catalunya se producen situaciones que revelan la naturaleza de la escisión. Una es la renovación de todos los contratos con el CTTI. La participación de IBM en una sociedad con CaixaBank que gestiona la infraestructura de la entidad ha sido traspasada a Kyndryl. Igualmente, se han renegociado las prestaciones a largo plazo contratadas con Banco Sabadell.