Qué tener en cuenta al cambiar la hipoteca
Además del reto de adaptar sus presupuestos al aumento notable del coste de la vida, los hogares con hipotecas referenciadas al Euribor deberán hacer frente a la subida de la cuota.
Por primera vez en seis años, el indicador que más se usa en España cerró en abril en tasa positiva (0,013%). Para evitar tener que apretarse más el cinturón, muchas familias comienzan a plantearse cambiar el tipo de interés de sus hipotecas, de variable a fijo. Pero ¿cuánto cuesta el cambio?; ¿saldrá a cuenta?
La recomendación de pasarse a una hipoteca a tipo fijo “es muy relativa, dado que se tiene que tener en cuenta las condiciones personales de cada prestatario”, comenta la presidenta de Asufin, Patricia Suárez. “No es lo mismo hipotecarse para adquirir la vivienda habitual, con la idea de estar pagando ese préstamo durante un periodo de tiempo amplio –20 o 30 años–, que hipotecarse con la idea de amortizar la compra en breve espacio de tiempo”, añade.
La portavoz del Consejo General del Notariado, María Teresa Barea, detalla que en la novación hipotecaria –cuando se cambian las condiciones de la hipoteca, por ejemplo, el tipo de interés–, puede haber comisiones bancarias, aunque con un tope legal del 0,1% cuando solo se modifica el plazo del préstamo. En el caso de un cambio en el tipo de interés, la comisión dependerá de lo que se pactara en la escritura, como también ocurre con las subrogaciones de acreedor –cuando la hipoteca se cambia de banco–, supuesto en el que a veces el cliente debe abonar una comisión por amortización total anticipada subrogatoria.
Una de las inquietudes de los que se plantean cambiar su tipo de hipoteca es “que no le resulte a cuenta”, dicen desde Asufin. Por eso, lo más beneficioso para el usuario de banca es que la entidad asuma el coste de la comisión que puede conllevar la modificación del tipo de interés de la hipoteca.
Otra opción es cancelar la hipoteca y firmar una nueva. En este supuesto, el consumidor deberá pagar las comisiones de cancelación y de apertura –si las hubiese–, la tasación del inmueble, así como el coste de la cancelación registral de la primera hipoteca, “aunque si a la entidad le sale a cuenta quedarse con el cliente, suele hacerse cargo de todos los gastos”, aseguran desde la asociación.