Barcelona, un imán para los proyectos innovadores
La capital catalana tiene argumentos de sobra para seguir atrayendo talento e inversiones internacionales en los próximos años
La innovación es un elemento que siempre ha sido importante para el futuro de cualquier empresa. Sin embargo, la capacidad de innovar y de hacerlo con eficacia y rapidez se ha convertido en un factor que marca la diferencia entre la supervivencia y la desaparición de cualquier proyecto empresarial.
En el contexto de un mundo globalizado, Barcelona hace años que destaca por su atractivo para atraer centros de I+D en lOS que empresas multinacionales de todos los sectores desarrollan sus soluciones más disruptivas, en muchas ocasionas vinculadas al entorno digital. Agbar, Allianz, Amazon, Bayer, Facebook, Nestlé, Roche, Seat o Zurich, por citar solo algunos casos, desarrollan en Barcelona y su área metropolitana al menos una parte de los productos y servicios innovadores para todo el mundo. Una actividad estratégica, de futuro y que aporta un gran valor añadido al territorio.
En esta liga mundial en la que compiten ciudades y países de todo el planeta por atraer inversiones es pertinente preguntarse por las posibilidades de futuro de Barcelona y su entorno. Diálogos en La Vanguardia reunió a un grupo de expertos para conocer de primera mano cómo funciona la innovación y cuáles son las fortalezas y el margen de mejora de la capital catalana.
Para entender el papel determinante que desempeña hoy la innovación en las empresas es fundamental comprender “que todos los cambios se producen a una gran velocidad que hace unas décadas era impensable”, explica Álex Borrell, director de la oficina de Accenture en Barcelona y Managing Director del sector seguros de Accenture en España, Portugal e Israel. Un nuevo escenario que obliga a las empresas a estar en un proceso de evolución y mejora continua.
En esta misma línea, Jordi Balcells, Board Member de Allianz Technology, asegura que “los ciclos de innovación cada vez son más cortos, el mercado te empuja y no puedes parar”. Para Clara Aguiló, Head of Healthcare Transformation de Roche Diagnostics España, otro elemento determinante es “la irrupción de una serie de tecnologías digitales que podemos utilizar para acabar generando nuevos impactos positivos en la salud de las personas”.
La receta del auge de la innovación incluye más ingredientes, como la necesidad de desarrollar un ecosistema colaborativo. Catalina Balseiro, directora de Innovación y Conocimiento de Aigües de Barcelona, afirma que “la innovación en nuestra empresa nos permite afrontar retos muy complejos, como la escasez hídrica relacionada con el cambio climático, y buscar miradas diferentes para ver cómo podemos encontrar soluciones”.
Los participantes coincidieron al señalar que Barcelona y su entorno ofrecen un ecosistema privilegiado, con una gran potencia en el ám
bito de tecnologías digitales que están asociadas a muchos procesos de innovación. “A nivel europeo, Barcelona es la segunda ciudad con más developers y un 30% son extranjeros, lo que demuestra la capacidad de la ciudad para atraer talento”, asegura Borrell.
Por su parte, la directiva de Roche asegura que “necesitamos trabajar más en clave ecosistema, porque afrontamos retos muy complejos y que deben resolverse en muy poco tiempo”. La ejecutiva destaca que este nuevo modelo de innovación más colaborativo “requiere un cambio cultural que también afecta a las empresas”.
La calidad de vida que ofrece la ciudad es determinante para el auge de ese ecosistema que requiere ser capaz de captar a profesionales de otros países. Stefano de Liguoro, Head of Digital Business de Zurich Seguros, explica que este aspecto es “fundamental para las nuevas generaciones” y ofrece a Barcelona una ventaja apreciable frente a otros competidores del centro y el norte de Europa.
Por supuesto, el talento local resulta muy beneficiado con la presencia de esta actividad. De hecho, hay determinados perfiles profesionales, especialmente relacionados con la ingeniería digital, que tienen una alta demanda y que no son fáciles de cubrir. La concentración de la oferta en un mismo territorio agudiza este problema, de ahí la importancia de ser capaces de atraer a profesionales que provengan de otros países.
La instalación de un centro de innovación tiene un impacto económico muy relevante en la generación de puestos de trabajo de calidad, tanto directos como indirectos. Pero también presenta la posibilidad de ofrecer a los ciudadanos un acceso preferente a parte de estas novedades. Las empresas necesitan ciudades y regiones innovadoras para validar nuevas tecnologías o soluciones.
En algunos sectores, el atractivo de Barcelona se ve reforzado por la tradición en la ciudad de determinadas actividades, como es el caso de la industria de la salud. “Tenemos centros hospitalarios que están clasificados en las mejores posiciones en los rankings europeos e internacionales, centro de investigación con una larga tradición y profesionales con un gran prestigio en todo el mundo”, explica Aguiló. Factores que, sin duda, fueron determinantes para que Roche invirtiera en un site de innovación en el campus de Sant Cugat en el que trabajan más de 1.200 personas de 35 nacionalidades.
En cambio, en otros sectores como el financiero, en el que Madrid tiene un mayor peso, también encontramos ejemplos de empresas que han apostado por instalarse en el entorno de la capital catalana. Es el caso del Grupo Allianz, que cuenta con una unidad de Allianz Technology formada por medio millar de profesionales.
En este punto, la relación entre las universidades y las empresas es crucial. En el caso de Barcelona, los expertos destacan que los centros universitarios tienen un nivel alto, pero hay elementos que deben y pueden mejorar. El directivo de Allianz Technology apunta a que “hay que ligar mejor el papel de la universidad y el entorno de investigación con el mundo corporativo”, en la línea de lo que sucede en Estados Unidos.
La responsable de innovación de Aigües de Barcelona destaca que “España es puntera en la producción de papers y se generan un buen número de patentes, pero tenemos un problema, ya que ese conocimiento que se genera en las universidades no está llegando a las empresas de la manera adecuada”. El propósito final es “profesionalizar la innovación”, concluye Balseiro.
La demanda de profesionales vinculados a la digitalización y la sostenibilidad seguirá creciendo en toda Europa en los próximos años. Hay previsiones que apuntan que en el 2030 van a faltar cinco millones de empleados con estas capacidades. Por lo que el reto para las empresas será no solo la captación sino también la fidelización del talento. Para ese desafío “Barcelona también ayuda a marcar la diferencia”, afirma Álex Borrell.
Jordi Balcells propone “potenciar el talento femenino en los estudios de tecnología, ya que es triste que solo tengamos entre un 10% y un 15% de mujeres en este tipo de carreras”. Para De Liguoro, “lo mejor que ha pasado con la transformación digital es que ahora la tecnología ya no es una excusa” a la hora de plantearse nuevos desafíos. No obstante, el directivo de Zurich Seguros asegura que “la tecnología es un medio para llegar a la innovación, pero no es de donde sale la innovación”. Es muy importante analizar la demanda del mercado, el modelo de negocio y después “ya sabemos que existe una tecnología que nos permitirá hacer lo que nos propongamos”.
Catalina Balseiro señala, en esta misma dirección, que “la innovación debe tener una visión holística y estar basada en retos, en dar respuesta a un desafío”. La directiva de Aigües de Barcelona señala que “me atrevería a decir que utilizamos la tecnología como una commodity en muchos de nuestros proyectos”.
Aguiló explica que para la industria biotecnológica “la tecnología es un catalizador que ayuda a la innovación, pero si queremos transformar la salud para ofrecer una mejor atención a los pacientes, sabemos que la tecnología por sí sola no va a conseguirlo”. La directiva reclamó que “el sistema de salud se reorganice e innove en los procesos para conseguir los cambios deseados”.
Otro consenso entre los participantes en la sesión es que la innovación mejora con la diversidad. Tanto en las capacidades como en las edades y en los orígenes culturales de los profesionales implicados en el proceso disruptivo. Los más jóvenes aportan “menor resistencia al cambio y una mayor apertura mental, pero los más experimentados proporcionan el conocimiento del negocio, que es muy necesario para innovar”, aclara el directivo de Zurich Seguros.
Entre las posibilidades de mejora de la capacidad de atracción de Barcelona como parte del eje mundial de la innovación, Borrell señala que la cruz de la capital catalana en los rankings es “la escasa flexibilidad para crear empresas y la fiscalidad”. El teletrabajo ha puesto de manifiesto casos de “iniciativas que se gestionan desde aquí, pero la empresa está en otro lugar, por lo que los impuestos no se quedan aquí”.
Por su parte, Aguiló, explica que nueve de cada diez start-ups del sector salud fracasan antes de cumplir
los tres años. La responsable de innovación de Roche lo atribuye, al menos en parte, a “la regulación, los trámites burocráticos y la dificultad para transferir la innovación a la rutina clínica, que son algunos de los aspectos que la administración pública debe reformar”.
Estas y otras posibles opciones de mejora no empañan la percepción de que la ciudad sigue reuniendo las condiciones para mantenerse como un referente en innovación. Balcells resume así las fortalezas de Barcelona: “Tenemos todos los ingredientes para atraer este tipo de inversiones; estamos en una situación geográfica privilegiada; somos capaces de aportar talento local y atraer a profesionales de fuera, pero es responsabilidad de todos conseguir que sigamos mejorando”.