El Salvador, el paraíso perdido del bitcoin
La adopción de los criptoactivos como moneda de uso legal no ha calado entre la ciudadanía y conduce al país a la quiebra
Bitcoins
Es la cantidad aproximada que posee El Salvador tras diez operaciones de compra
Barcelona
“Una cosa que siempre he admirado de Steve Jobs es que nunca se fijó en el precio de las acciones de Apple. Sabía hacia dónde se dirigía su empresa. El mercado de valores se sumará cuando lo entienda”. Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, retuiteaba el pasado jueves, en plena caída libre del bitcoin, lo que decía hace un año, cuando numerosos expertos se cuestionaban la adopción por parte de esta pequeña república centroamericana de este criptoactivo como moneda de curso legal en agosto del 2021 y desplegaba una amplia red de cajeros tanto en El Salvador como en Estados Unidos. Un mecanismo para que los salvadoreños de dentro y fuera del país puedan canjear indistintamente bitcoins y dólares y enviar remesas sin ningún tipo de comisión.
Aunque, más allá de declaraciones grandilocuentes, el mandatario guardaba dos ases en la manga para reforzar su confianza en este activo no regulado. El lunes anunciaba que el país acababa de realizar su mayor compra de bitcoins aprovechando su devaluación. En concreto, 500 por unos 15 millones de dólares. Y el martes presentaba la primera maqueta e imágenes artísticas de Bitcoin City, la ciudad libre de impuestos donde todas las transacciones se realizarán en esta moneda que anunció en noviembre del año pasado, poco después de la aprobación de la ley de Creación del Fideicomiso Bitcoin por parte de la Asamblea Legislativa.
Sin embargo, la imagen de normalidad y optimismo que trata de difundir Bukele –un joven empresario procedente del revolucionario Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional que ha abrazado el populismo tecnológico– contrasta tanto con la desconfianza que ha mostrado la sociedad salvadoreña hacia el uso del bitcoin y las fuertes presiones de instituciones como con el Banco Mundial o el FMI, que ha instado al Gobierno salvadoreño a renunciar a su política de adopción de criptoactivos después de que diversas agencias de rating como Moody’s o Fitch hayan rebajado la calidad de su
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