Un caso ejemplar de la madurez del ecosistema
La venta de la ‘start-up’ Kompyte a Semrush no se entendería sin el rol de la UPC, el MWC y Acció
La historia de los emprendedores Pere Codina y Albert Colmenero es un claro ejemplo de la solidez del ecosistema digital local: del papel de las instituciones públicas, financieras, feriales y académicas.
Nacidos el año 1982 en Barcelona, Codina y Colmenero se conocieron en las aulas de la facultad de Ingeniería Informática de la UPC. Enseguida forjaron una fuerte amistad que les llevaría a emprender juntos al salir de la universidad. “En el 2006, fundamos Coco para desarrollar una herramienta de creación de páginas web, hasta que ocho años después cerramos el negocio para fundar Kompyte”. Junto a Sergio Ramírez (que había sido su becario), fundaron esta nueva compañía con el propósito de desarrollar un software que permitiera a sus clientes controlar la actividad de sus competidores en internet. “Nos lo pidió un antiguo cliente de Coco y vimos que la solución tenía encaje en el mercado”.
La start-up recibió respaldo financiero de Caixa Capital Risk y otros fondos inversores como Adara o Swanlab Ventures. Pero sobre todo se benefició del apoyo de Acció, la agencia para la competitividad de la empresa de la Generalitat, que le dio proyección internacional y la posibilidad de acudir al Mobile World Congress. “Asistir al congreso mundial del móvil nos brindó la oportunidad de vender nuestra tecnología a grandes compañías de Estados Unidos, como Apple, Intel o HP, que acabaron siendo nuestros mayores clientes. Ofrecíamos un producto que por aquel entonces era innovador”. La fuerte presencia en Estados Unidos –el 90% de sus ingresos proceden de este país– también jugó a su favor a la hora de vender la empresa. “Fue una decisión que tomamos a causa de la pandemia. Como todo el mundo, sufrimos la crisis, y los fondos nos exigían retorno de su inversión. Habíamos recibido varias ofertas y finalmente nos convenció la de Semrush, una tecnológica nacida en Rusia y ahora cotizada en el Nasdaq, el mayor índice tecnológico de EE.UU. La operación se cerró el pasado marzo por un precio de 10 millones de dólares, unos 9,5 millones de euros al tipo de cambio actual”.
Desde entonces, el equipo de 15 personas de Kompyte se ha integrado en la multinacional. Los fundadores se han instalado en Austin, Texas, una ciudad que se está posicionando por sus costes ajustados respecto a Silicon Valley, aunque ambos fundadores explican que llevan tiempo instalados en Estados Unidos. “Al empezar, presentamos la idea de negocio al prestigioso programa 500startups y fue allí donde vimos la necesidad de mudarnos a EE.UU. desde el principio. De no ser así, vendría otra empresa y nos comería el negocio. Establecimos la sede en Delaware y abrimos oficinas en San Francisco y Barcelona”.
Ahora Semrush mantendrá ambos centros operativos. De hecho, la multinacional tiene planes para doblar el tamaño del equipo en un año. Los fundadores están entusiasmados con la nueva etapa. “Queremos construir un unicornio dentro de un decacornio, que Kompyte sea una empresa que valga 1.000 millones dentro de una multinacional como Semrush que valga 10.000 millones”. Los emprendedores han firmado un acuerdo de permanencia por más de cuatro años y se muestran vinculados con el proyecto a largo plazo.
En Estados Unidos se encuentran cómodos. Ahora que son empleados, esperan disponer de más tiempo libre. Colmenero es un aficionado a la bici de montaña, y Codina, al tiro con arco. Además, siempre que puede, se escapa a la Costa Brava o, ahora, a las playas del Caribe.