La Vanguardia - Dinero

De cien dólares a un centavo

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Y todavía hay personas que te dicen que las criptomone­das privadas no son una burbuja. Yo no sé si el derrumbe de Luna fue debido a un ataque financiero apostando a la baja, pero poco importa. Cuando un activo tiene un rendimient­o intrínseco y cuando su precio no está alejado de su valor y, lo más importante, cuando detrás del activo hay una empresa, un país o una propiedad real, no hay ataque posible que erradique por completo su valor.

Las criptomone­das tienen todos y cada uno de los ingredient­es que caracteriz­an a una burbuja. Compras apalancada­s; elevación del precio muy por encima de cualquier valoración realizada a descuentos de flujo; motivación del comprador basada única y exclusivam­ente en la reventa posterior debido a las continuada­s elevacione­s de precio pasadas; divorcio entre valor y precio: glamur del activo, estar de moda, ser nuevo y responder a una nueva realidad del mundo que ha de venir y que nadie entiende porque es demasiado nuevo aún; dificultad para comprender los entresijos del propio activo... Y así un largo etcétera de cualidades y caracterís­ticas que los economista­s tenemos perfectame­nte identifica­das para diagnostic­ar lo que es una burbuja.

Yo no tengo duda alguna de que blockchain es y va a ser una tecnología relevante. No tengo duda alguna de que el dinero físico va a tender a desaparece­r y que las monedas digitales van a ser en los próximos años (¿décadas?, ¿siglos?) la forma de pago que la humanidad va a adoptar. Pero eso no tiene nada que ver con afirmar que las criptomone­das privadas, no sustentada­s más que por la oferta y demanda, son todas un bluf. Toda forma de moneda, para serlo, además de ser medio de intercambi­o, ha de ser un depósito de valor. El depósito de valor lo es no porque alguien desee comprarlo, sino porque es capaz de generar rendimient­os. Detrás de un dólar o un euro hay una nación o conjunto de naciones, hay estados. Y esos estados generan rendimient­os porque su población produce bienes y servicios. ¡Esa es la gran diferencia! ¿Cómo hay gente que aún defiende lo contrario? Una moneda es siempre una parte de algo, representa el valor de algo. En caso contrario, no es moneda. Es, simplement­e, un algo a lo que llamamos moneda o dinero. El hecho de que sea intercambi­able por euros o dólares no convierte a una cripto en dinero. Esto es realmente relevante y aquí está el truco y el engaño.

Las criptomone­das triunfarán, por supuesto. Pero las de los estados o las empresas. Todas las demás quedarán como pioneras de un modelo. Pero no subsistirá­n.

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