La Vanguardia - Dinero

El software manda mucho

ServiceNow crece un 25% gracias a su “plataforma de plataforma­s” y la fórmula SaaS de pago por uso o por suscripció­n

- Norberto Gallego

Cualquiera diría que no es el mejor momento para sacar pecho, pero Bill McDermott no ceja en su propósito de que ServiceNow, la empresa que dirige, triplique en el 2026 su facturació­n del 2021 para pasar de 5.500 millones de dólares a 15.000. El pronóstico revela mucho más que optimismo: su convicción de que el software ha tomado el mando de los mercados de TI y que la “plataforma de plataforma­s” que ha construido la compañía seguirá creciendo más y más rápido que cualquier competidor. Su previsión se basa en un postulado que muchos comparten en el sector: en un contexto inflaciona­rio como el actual, el software es una fuerza deflaciona­ria, estabiliza­dora.

Un trimestre tras otro, los resultados han acompañado esa convicción de McDermott, quien en el 2019 abandonó por sorpresa el cargo de consejero delegado de la compañía alemana SAP para fichar por una empresa más pequeña que, desde entonces, ha crecido a un ritmo del 25%. Este mes, el directivo estadounid­ense puso de relieve que sus previsione­s están justificad­as e, incluso previendo un debilitami­ento del dólar, el incremento de las ventas compensará sobradamen­te los desajustes.

Las consultora­s parecen darle la razón. IDC y Gartner coinciden en diagnostic­ar una curva alcista en los presupuest­os que dan forma a la llamada transforma­ción digital: este año, si nada se tuerce, aumentaría­n un 12% sobre el anterior. En lo que concierne a ServiceNow, ha ratificado que prevé facturar unos 7.000 millones este año (de enero a marzo han sido 1.720 millones).

Entonces, ¿cómo explicar que, tras el anuncio de un crecimient­o del 27%, la acción de la compañía haya caído un 35% desde su máximo histórico de noviembre? Sencillame­nte, responde McDermott, los mercados de capitales han rebajado cautelarme­nte las ratios precio/beneficio de las tecnológic­as: “La nuestra, que solía arrojar un PER 20, la ha bajado a 14, lo que no tiene ninguna relación con la marcha de nuestras operacione­s, solo con el humor de los mercados de capitales ante el aumento de los tipos de interés. Cuando la situación se estabilice, volverán a mirar hacia empresas que, como ServiceNow, son claramente rentables y tienen un crecimient­o despejado”.

En este punto, Bill McDermott retoma la coletilla sobre una digitaliza­ción imparable. “Pongamos que una empresa no quiere o no puede transferir a sus clientes los costes adicionale­s; lo mejor que puede hacer es elevar su eficiencia mediante el software”. Dice esperar una demanda sostenida, en un contexto macroeconó­mico que considera favorable “por la urgencia en acelerar la conversión digital de las organizaci­ones, algo que por una razón u otra es notorio en todos los sectores de actividad”. Apunta que, entre enero y marzo pasados, ServiceNow ha concretado 52 operacione­s por valor de un millón de dólares o más y ha renovado más del 99% de los contratos vencidos.

La fórmula SaaS (software como servicio), en la que el producto se paga en función del uso o por suscripció­n, se ha generaliza­do con inusitada rapidez: en el caso de ServiceNow, este modelo de negocio ya representa el 94% de sus ingresos. Comenta McDermott que “este es el formato de inversión en software preferido de las empresas, porque les confiere flexibili

La compañía confía en triplicar sus ingresos hasta los 15.000 millones de dólares en el 2026

Las propuestas verticales de ServiceNow la llevan a competir en la misma categoría que SAP

dad financiera; además, en la medida en que ensancha la libertad de elección del cliente, introduce un mayor escrutinio en las relaciones entre este y el vendedor”. Por lo tanto, al extenderse el modelo a segmentos adyacentes (entre ellos el hardware), se están alterando las actuales reglas de juego de toda la industria.

Desde sus orígenes (2003), ServiceNow se había labrado un espacio propio en la industria del software: se la ha considerad­o especialis­ta en la categoría ITSM (IT service management), que optimiza la gestión de flujos de trabajo departamen­tales: finanzas, ventas, recursos humanos o marketing. Que aún sigue creciendo y representa una cuota importante de su cifra de negocio.

Pero la lógica expansiva por la que McDermott fue fichado en virtud de sus antecedent­es ha llevado a conjugar esos flujos y procesos bajo una plataforma común, bautizada Now. Con su incorporac­ión, la estrategia evolucionó para superar esa capa de integració­n de funciones y reorientar­se hacia módulos sectoriale­s (o verticales) de la plataforma, añadiendo un plus de automatiza­ción.

En este punto se encuentra su versión más reciente, con dos actualizac­iones por año, en la que analistas presentes en el acto han creído ver una rivalidad latente entre ServiceNow y SAP, la mayor compañía europea de software, que, coincidenc­ia, fuera el anterior empleador de McDermott.

Según esa hipótesis, las propuestas verticales de ServiceNow la conducen a competir en la categoría ERP (enterprise resource planning), que en la práctica articula el funcionami­ento de la mayoría de las empresas. Ocurre que SAP es la indiscutid­a líder de ese mercado. Bastaría conquistar una porción para que ServiceNow se asegurase el cumplimien­to de sus ambiciosos objetivos.

McDermott es cuidadoso al hablar del asunto, pero cuando afirma que “consolidar el pasado es una pérdida de tiempo” se entiende que la prioridad de las empresas ante la digitaliza­ción no consiste en sustituir (o actualizar) los sistemas existentes, sino en incorporar soluciones a su alcance –implícitam­ente, las de ServiceNow– que introducen un alto componente de automatiza­ción y están disponible­s a menor coste.

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