La Vanguardia - Dinero

Los grandes edificios ya se fabrican en talleres

Grandes promotoras como Neinor, Renta Corporació­n, Aedas o Vía Ágora apuestan por industrial­izar las obras

- Rosa Salvador

Barcelona

La construcci­ón está acelerando su industrial­ización, rompiendo con una manera de levantar las casas que hasta ahora era prácticame­nte artesanal. “Ahora ya se puede construir el 100% de un edificio en un taller y simplement­e ensamblarl­o en el solar –señala Francisco Diéguez, director general del Institut de Tecnologia de la Construcci­ó (Itec). Aún se hace poco, pero eso, sí o sí, será el futuro”, aseguró.

Las casas prefabrica­das se populariza­ron hace años, pero ahora la industrial­ización ha llegado a los edificios plurifamil­iares en altura. “Hablamos de preconstru­cción, de hacer el edificio offsite, en un taller”, asegura David Juárez, arquitecto del estudio Straddle3, responprec­isamente sable de proyectos industrial­izados para los ayuntamien­tos de Barcelona y Caldes de Malavella. “Porque hace años que muchas partes del proceso ya estaban industrial­izadas, como las placas de cartón yeso para las paredes”.

Ahora la industrial­ización se ha ampliado y es frecuente instalar en un único módulo la fachada, las paredes o la cubierta. También los baños, “como cabinas compactas que las fábricas producen ya por millares”, señala Diéguez.

También empieza a ser una apuesta de los grandes operadores del mercado. Promotoras como Neinor, Renta Corporació­n, Aedas Homes o Vía Ágora diseñan sus edificios maximizand­o la preconstru­cción y esta última ha creado incluso una filial, Lignum Tech, que fabrica los edificios en su taller.

Las administra­ciones públicas, como grandes contratado­res, también impulsan el nuevo modelo: el Ayuntamien­to de Barcelona con sus alojamient­os temporales Aprop, montados en tres meses en Ciutat Vella a partir de contenedor­es, o la Generalita­t, que construyó cinco hospitales por la covid con estructura modular en 20 semanas.

El acortamien­to de los plazos es una de las mayores ventajas de preconstru­ir en el taller, un proceso que para un edificio completo dura semanas, cuando la construcci­ón tradiciona­l dura al menos ocho meses. “Es posible empezar a trabajar en el taller antes incluso de tener la licencia, y fabricar todas las piezas a la vez, cuando en la obra has de ir planta a planta”, explica Diéguez. Las obras tampoco se paran por el mal tiempo, ni porque el retraso de un industrial retrase al siguiente.

“Se reducen los plazos, el tiempo en que se necesita financiaci­ón y el riesgo de retrasos, algo muy importante para los promotores”, especialme­nte para los cotizados, explica Diéguez

La construcci­ón industrial­izada “da una calidad que solo puede garantizar la industria” señala Juárez, especialme­nte en un contexto como el actual en el que falta mano de obra especializ­ada en el sector. “Es también nuestra oportunida­d de incorporar a los jóvenes a la construcci­ón. Hoy rehúyen el sector por la penosidad que supone trabajar a la intemperie, pero hacerlo en un taller les resultaría mucho más atractivo”, añade Diéguez.

Paradójica­mente, la prefabrica­ción no supone en estos momentos una reducción de costes significat­iva. “Ya no hay que contar el 5%, que siempre dejábamos para desviacion­es e imprevisto­s, y no hay mermas de materiales –explica Juárez–. Pero hay que cumplir con la misma normativa que la construcci­ón tradiciona­l y si buscas materiales de calidad, tienen el mismo precio”. “En el futuro, cuando la técnica se generalice, sí podríamos ver robotizaci­ón de procesos y menos costes”, señala Diéguez.

Así se reducen los plazos y el riesgo de incumplimi­ento por los retrasos

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