La factura del Brexit
El grueso de las colas, retrasos y suspensiones que se han dado estos días en los grandes aeropuertos españoles se han debido en buena medida al alud de pasajeros procedentes del Reino Unido, que ahora deben pasar por los controles de pasaportes comunitarios. Durante el puente del jubileo de Isabel II se programaron 10.662 vuelos desde los aeropuertos británicos a diferentes destinos turísticos. o incluso hacerse una foto junto a uno de los relojes de la propia instalación. “Es el primer paso para poder reclamar”, explica García.
Aunque también conviene reclamar a la aerolínea, que trasladará la reclamación al gestor e incluso puede resolverla por su cuenta y pedir cuentas a posteriori. De hecho, está obligada a hacerlo si por culpa de un retraso, sea cual sea la causa, un pasajero pierde una conexión.
“Estamos viendo una situación que es del todo excepcional y no es un hecho aislado, las propias compañías lo denuncian, en los medios viene apareciendo de forma recurrente... podríamos incluso decir que estamos ante un hecho de fuerza mayor y que cualquiera de las reclamaciones que podamos hacer cobre aún más fuerza”, señala desde la plataforma Reclamador su directora de operaciones, Ana Rodríguez.
En este caso sería necesario también documentar mediante enlaces de noticias o recortes de prensa esa excepcionalidad y añadirla a la reclamación, que siempre debe realizarse por escrito y Rodríguez también aconseja dirigirla tanto a Aena como a la compañía aérea. No se trata ya solo del coste que suponga la pérdida de un vuelo, sino de todos los gastos asociados que comporte, incluso los que se puedan considerar daños morales.
“Los afectados por una situación de este tipo pueden exigir que les lleven a su destino final o pueden solicitar el reembolso del billete. Además, si el pasajero tuviera que pernoctar hasta la salida del nuevo vuelo, Aena o la aerolínea tendrá que ofrecerle un alojamiento donde pasar la noche y hacerse cargo de los costes de sus comidas. Así que siempre hay que conservar todos los recibos de los gastos para poder reclamarlos con posterioridad”, aconseja la directora de operaciones de Reclamador, que estos días gestiona un número ingente de reclamaciones.
Si la reclamación no funciona, siempre está la vía legal. En estos casos, el portavoz de la OCU aconseja calcular sus costes, ya que existen procedimientos abreviados en los que no es necesario contar con abogado y procurador. “Y, sobre todo, asesorarse”, insiste García.