Los robots colaborativos desembarcan en las pymes
La robotización no cesa. Una nueva generación de máquinas flexibles y ligeras llega a los servicios para trabajar codo con codo con los humanos
Barcelona
Son pequeños, inteligentes, flexibles. Se pasean por las empresas junto a los trabajadores, como uno más de la plantilla. Son los robots autónomos o colaborativos (AMR, en inglés).
Todavía son una minoría en las ventas globales, pero son los que más crecen. Hace poco más de diez años, estos robots eran una anécdota. Pero la coyuntura ahora juega a su favor: la escasez de mano de obra en algunos sectores, además del posible aumento salarial en tiempo de inflación, ha llevado a muchas empresas a invertir en este tipo de robots. “La falta de trabajadores y el incremento de los salarios están impulsando el crecimiento estructural de la automatización y la robótica para impulsar la productividad, especialmente ahora que la deslocalización es más difícil y las empresas tienen que defender sus márgenes de beneficio”, apuntaba en una nota Ben Laidler, de la plataforma eToro.
En la actualidad, se estima que su mercado está valorado en 1.500 millones de euros, pero a lo largo de esta década crecerá en promedio un 15% hasta alcanzar los 2.200 millones, según los datos de Interact Analysis. Hoy representan menos del 5% del volumen de unidades vendidas, pero a finales de los años veinte se llegará al 17%.
“Hay un movimiento desde los rígidos robots manipuladores industriales del pasado hacia máquinas que pueden operar al lado de los humanos, adaptar su comportamiento y su respuesta a ellos”, afirma un reciente estudio de Mordor Intelligence. ¿Algún ejemplo?
El boom del comercio electrónico tras la pandemia ha supuesto la palanca para estas máquinas, que cada vez más levantan cajas o palets en un almacén; vierten líquidos en probetas de laboratorios farmacéuticos; rellenan paquetes cogiendo y ordenando dispositivos; hasta cogen vasos en bares para servir cervezas o dibujan en un papel personajes de cómic; en algunos hospitales escandinavos, los robots colaborativos gestionan la recogida de las muestras de sangre, de manera que el personal sanitario puede concentrarse más en los análisis y la interpretación de datos; en EE.UU. asisten a los cirujanos en sus intervenciones...
Alberto Sanfeliu, catedrático de la UPC y experto en robótica, ciencia de la computación e inteligencia artificial, asegura que “en los próximos años tendrá lugar un crecimiento exponencial de los robots colaborativos en todo el mundo. Incluso hay prototipos que salen a trabajar al exterior, para hacer entregas de última milla. Es más: el punto de inflexión todavía tiene que producirse, a medida que las personas adquieran más confianza, se generen economías de escala y se incorpore nueva tecnología”.
Cuando se piensa en las máquinas robóticas, la primera imagen que llega a la cabeza es una línea de
“Hoy en día hay miles de robots instalados en el mundo que no existían hace tan solo cinco años”
Las ventas de robots no paran de crecer en todo el mundo y la pandemia apenas les ha afectado. Los aparatos autónomos y colaborativos, que son una parte todavía pequeña del negocio, tienen unas previsiones de crecimiento elevadas para esta década. Su coste accesible y su flexibilidad los convierten en una herramienta clave para aprovechar la actual coyuntura de elevados precios y falta de mano de obra. Y gracias a los avances tecnológicos, lo mejor está por llegar.