De nuevo, Basel
Casi tres años han tenido que pasar para que la feria Art Basel, la más influyente del panorama internacional, volviera a abrir sus puertas en su ciudad natal de Basilea y mostrara lo mejor del arte de los dos últimos siglos. Y una cosa ya se puede afirmar al cierre de esta edición: en estos tiempos turbulentos para la economía, la geopolítica, la salud y la sociedad en general, los precios de las obras del más alto nivel se mantienen. En este contexto se ha desarrollado la vuelta a la nueva normalidad, sin mascarillas, sin colas de test de antígenos, pero, como apuntaba el director global de Art Basel, Marc Spiegler, con algunas innovaciones: las visitas remotas de la feria para los coleccionistas que, sin desplazarse, quieren participar de lo que sucede en alguna de las 289 galerías seleccionadas. En todos sus formatos, desde los 70 proyectos artísticos de gran escala que pueden encontrarse en Art Unlimited, muchos de los cuales podrían estar en la misma Bienal de Venecia, hasta los programas que acogen a las galerías emergentes.
La pandemia ha atacado fuerte el sector, y las ferias no se han quedado al margen. En el caso de Basel, ayudó la inyección de capital que el magnate de los medios James Murdoch insufló, en agosto pasado, a la matriz del grupo MCH comprando el 32% de las acciones y permitiendo que las ferias Basel siguieran a flote y pudieran continuar con su expansión asiática, en plena competencia con otros grupos feriales, como Frieze; o articular la flamante