Bicicletas infantiles con mucha alma
Al frente de Ànima Design se encuentra Diego Quiroga, que fundó el estudio en el año 2002
Pixelbikes es una empresa surgida del estudio barcelonés Ànima Design para la comercialización de estos vehículos de diseño propio
El estudio barcelonés Ànima Design lleva 20 años dedicándose al diseño y desarrollo de productos. Suelen ser encargos de empresas terceras, pertenecientes a sectores como el de la movilidad sostenible, la ciencia, la salud o los electrodomésticos, entre otros. Pero de vez en cuando también crean por su cuenta, sin que haya ninguna petición de por medio. Este último es el caso de unas bicicletas infantiles para niños y niñas de hasta cuatro años.
El éxito que está cosechando el diseño de estas pequeñas bicicletas de colores, que han resultado ganadoras de los premios Red Dot Design Award, ha llevado a Ànima Design a la creación de la empresa Pixelbikes para su comercialización. “Estamos trabajando en su industrialización, y la previsión es que estén a la venta a finales de este año”, avanza el fundador y director ejecutivo del estudio, Diego Quiroga.
Las pixelbikes “están pensadas para ayudar a los niños y las niñas a desarrollar sus capacidades psicomotoras”, indica Quiroga. Las hay de dos o tres ruedas, en función del equilibrio y la experiencia del pequeño conductor, y algunas de sus piezas se fabrican con impresoras 3D. Sin embargo, el fundador del estudio señala que su rasgo más diferencial es que “se pueden colgar fácilmente del cochecito de los bebés, para comodidad de los padres y las madres”.
Las pixelbikes son el resultado de una clara apuesta de Ànima Design por la investigación y el desarrollo, a la que destinan la mitad de los beneficios. Otras de sus recientes creaciones son un violín eléctrico, unos auriculares ultracompactos y de diseño ergonómico o un dispensador de autoaplicación para pacientes de esclerosis múltiple. Entre los clientes del estudio, que ocupa a 28 personas, figuran compañías como Electrolux, Siemens, Vieta o Almirall. El año pasado, Ànima Design facturó 1,2 millones de euros, con un 75% del volumen de trabajo de fuera del país.