Hay mucha vida a la sombra de las ‘telecos’
Aire Networks, empresa nacida en Elx hace 26 años, complementa la oferta de los grandes operadores
El sector de las telecomunicaciones tiene unos protagonistas muy claros que cualquiera identifica por sus marcas, muy notorias, y sus millones de usuarios. Pero en esta partida juegan muchos actores discretos fuera de su ámbito, entre los que se cuentan los operadores virtuales (que no disponen de frecuencias ni redes propias) o los llamados “de nicho”, que por lo general se especializan en atender necesidades de las comunicaciones de empresa.
Aire Networks pertenece a una categoría transversal: “Somos un bicho raro”, bromea Raúl Aledo, su consejero delegado. Así de campechano se presentó en una conversación reciente con Dinero. “Los grandes operadores se dedican, ante todo y sobre todo, a atender el mercado minorista, pero como este negocio lleva años en deflación, procuran inventar nuevas maneras de generar valor. Nosotros apostamos desde el comienzo, hace ya 26 años, por otras líneas de actividad en las que damos servicios mayoristas a terceros […] Nuestro principal activo y herramienta de trabajo es una red propia de 35.000 kilómetros de fibra en España y Portugal”.
Una virtud de este grupo empresarial es geográfica. Una parte de su misión –acortar las distancias, reducir la latencia de la señal– coincide con el amarre de cables submarinos cerca de Lisboa que están haciendo de la Península un nudo de comunicaciones internacional.
Este conglomerado de empresas dispone de puntos de presencia de su red en Frankfurt, Londres y París (recientemente ha empezado a entregar servicio en Miami) para servir tránsito internacional a sus clientes. “Normalmente, nuestra red crece a razón de 2.000 km cada año, aunque en el 2022 serán 4.000 por la adición a un anillo que une Huelva con Lisboa, esta con Oporto y conecta con el norte de España”.
Acerca del grupo Aire puede extrañar el hecho de que nació en Elx, donde sigue teniendo su sede social. “Me halaga poder decir que esta empresa de provincias está globalmente en el puesto 26 por interconexiones de tráfico privado entre no sé cuántos miles de operadores: nuestra red está conectada de alguna manera con más del 90% de las de operadores de todo el mundo”. El entrevistado precisa: Aire Networks no es un transportista de señal, o no lo es en el sentido corriente. “Nos gusta decir que somos sastres, hacemos trajes a medida que llevan la etiqueta de otros”.
El grupo Aire tiene su propia plataforma de telefonía móvil –dice– que vende a operadores locales que no disponen de medios para crear una propia, pero quieren tener una marca móvil o, en su caso, aspiran a convertirse en OMV (operadores móviles virtuales) sobre la red de uno de los grandes operadores.
Aire también interviene, con la misma neutralidad, en el mercado de comunicaciones unificadas para empresas, que Aledo considera que está a punto de eclosionar en los países ibéricos. “Este rasgo nos ha permitido ser un secreto bien guardado detrás de soluciones de marca blanca que otros comercializan para sí”.
El modelo de negocio se completa con una trama de centros de datos de proximidad en distintos puntos de la Península. “Humildemente, seguimos una estrategia propia; no vamos a montar un gran centro de datos en Madrid para alojar hyperscalers [los gigantes de la nube], pero a cualquiera pueden serles de utilidad los que tenemos en otras provincias”. Lo mismo vale, añade, para empresas españolas o portuguesas que los están usando para acelerar su adopción del edge [computación en el extremo]. “No todo está tan repartido como parece: hay mucha vida ahí fuera”. Buen colofón.