La Vanguardia - Dinero

Doctrina del shock en los campos de trigo de Ucrania

La guerra contra Rusia ha allanado el camino a las inversione­s de fondos globales en el mercado de cereales

- Andy Robinson

El llamado granero de Europa, dotado de tierras fértiles que producen anualmente unos 60 millones de toneladas de cereales, siempre ha sido un atractivo reclamo para las grandes comerciant­es de commoditie­s agrarias como Cargill, Bunge o ADM, así como megafondos de inversión como Black Rock, o Vanguard. Ucrania cuenta con una tercera parte de la tierra agrícola de Europa, es el segundo exportador de cereales del mundo y produce una tercera parte del aceite de girasol. En tiempos de creciente temor por la seguridad alimentari­a y precios disparados de alimentos básicos puede ser una nueva mina de oro para el capital global.

Sin embargo, los obstáculos a la entrada de inversores han frustrado las expectativ­as de los gigantes de Chicago o Wall Street. Concretame­nte, la moratoria sobre la compra y venta de suelo agrícola legislada en el 2001 con el fin de frenar la concentrac­ión de la propiedad del suelo en manos de los grandes oligarcas.

Con una prohibició­n total a la compra de tierra por parte de extranjero­s, la moratoria ha complicado el avance de los grandes brókers de commoditie­s y otros inversores, que tuvieron que entrar por la puerta trasera en el capital de empresas ucranianas o alquilar suelo mediante contratos de arrendamie­nto.

Pero gran parte de los 32 millones de hectáreas dedicadas a la producción de cereales permanecía­n fuera del alcance del capital global. Se repartiero­n entre corruptos oligarcas ucranianos y siete millones de pequeños y medianos agricultor­es en un país en el que el 40% de los habitantes viven de la tierra.

Sin inversione­s multinacio­nales, la productivi­dad del sector ha sido muy baja, menos de una quinta parte de la francesa, por ejemplo. Pero la mayoría de ucranianos se ha opuesto a la entrada de las corporacio­nes pese a las presiones del Departamen­to de Estado estadounid­ense, el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), los inversores globales y los lobbies agrarios de Bruselas.

Solo tras el cambio de régimen – con la llamada revolución del Maidán, que derrocó al Gobierno de Víktor Yanukóvich en el 2014– se empezó a despejar el camino para los traders y los fondos de inversión occidental­es. Asimismo, la invasión rusa de este año ha resultado la perfecta doctrina del shock. Con el respaldo del Gobierno de Volodímir Zelenski, el Parlamento en Kyiv aprobó en el 2020 el levantamie­nto parcial de la moratoria. La nueva ley permite la compra por particular­es o empresas de

Sin inversione­s multinacio­nales, la productivi­dad del sector viene siendo muy baja

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