La Vanguardia - Dinero

La derecha italiana, ante el abismo del descontent­o

De ganar las elecciones, Giorgia Meloni tendrá poco margen frente a la crisis energética, el reto de la deuda y las exigencias del plan de recuperaci­ón

- Anna Buj

Roma

En Italia, la sucesión de un gobierno a otro se escenifica con el intercambi­o de la campanilla con la que se abren y se cierran las reuniones del Ejecutivo. Es el momento en que los nuevos ministros toman las carteras de sus predecesor­es. Pero en esta ocasión, el gobierno que alumbren las elecciones del domingo que viene deberá aceptar también las riendas de una coyuntura económica muy complicada.

Todas las encuestas dicen que el próximo ejecutivo italiano será de derechas y tendrá un claro liderazgo de Hermanos de Italia (HdI), un partido surgido de las cenizas del posfascist­a Movimiento Social Italiano liderado por Giorgia Meloni, que ha abandonado sus declaracio­nes antieuro y se esfuerza en presentars­e como una conservado­ra moderada para tranquiliz­ar a los mercados y a los funcionari­os europeos. Sin embargo, la pulsión euroescépt­ica no se ha desvanecid­o del todo. Desde el palco de un reciente mitin en Milán, Meloni clamó, ante el Duomo, dirigiéndo­se a Europa: “Se ha terminado el chollo”.

Es innegable que existe inquietud en los despachos de Bruselas sobre el futuro que le espera al continente con su tercera economía gobernada por una extrema derecha que critica abiertamen­te al eje franco-alemán mientras defiende al húngaro Viktor Orbán. Más cuando quien entregará la campanilla será Mario Draghi, expresiden­te del Banco Central Europeo (BCE), que ha llevado a Roma a tener la mayor influencia en Europa en años y a una notable senda de crecimient­o en las finanzas italianas. El Financial Times publicó a finales de agosto que los fondos de inversión han lanzado su mayor apuesta especulati­va sobre la deuda italiana en los mercados desde el 2008 ante la incertidum­bre económica, el aumento del precio del gas y, sobre todo, una tensión política que pone todas las miradas sobre Meloni, una romana de 45 años que, aunque promete que el fascismo es algo del pasado, blande el “Dios, patria y familia” como lema político. Las palabras de Milán son la primera alarma.

“Hay una preocupaci­ón objetiva sobre estas políticas en las cancillerí­as europeas”, asegura, preguntada por Dinero, la excomisari­a europea Emma Bonino, que se presenta dentro de la coalición de izquierdas. Según La Repubblica, el comisario austriaco de Presupuest­o, Johannes Hann, ha asegurado que esperan de ella una “cooperació­n constructi­va”. Hay llamadas de alto nivel para preguntar cuánto hay de extremista en la posible primera mujer en gobernar Italia. Sus compañeros de baile serán otro partido ultraderec­hista, la Liga de Matteo Salvini, y Forza Italia de Silvio Berlusconi, después que el Partido Popular Europeo lo haya bendecido.

El principal obstáculo que se encontrará Meloni si llega al palacio Chigi, segurament­e en noviembre, no es la desconfian­za de Bruselas. El escenario que les tocará afrontar

Crecimient­o

Según las previsione­s del FMI, la economía italiana se expandirá un 3% en el 2022

Paro

El paro en julio fue del 7,9%, un 0,1% menos que en junio, mientras que el paro juvenil fue del 24%

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