La agricultura y el cambio climático
La agricultura (incluyendo la ganadería) es parte, víctima y solución del cambio climático. Producir alimentos conlleva afectar a la naturaleza. Es necesario, sin embargo, reducir su impacto. El sector agrario es el más consciente de ello y el más implicado debido a que es su principal víctima. Al mismo tiempo es quien más puede propiciar las soluciones. Los objetivos en conjunto son complejos: hay que producir de manera sostenible, abastecer a una población creciente y que este alimento sea asequible a todo el mundo. ¿Cómo hacerlo?
1. Agroecología. Aprender de la naturaleza y aliarse con ella para producir diferente: agricultura ecológica, producción integrada, biocontrol de plagas y enfermedades, agricultura regenerativa. El suelo agrícola con una gestión adecuada puede convertirse en un gran sumidero de CO2
2. Intensificación. Producir más sin deforestar nuevas tierras significa, tal y como dice la FAO, intensificar de manera sostenible, con más tecnología (biotecnologías, mejora genética) y más eficiente gestión del agua, con regadío eficiente.
3. Eficiencia. La eficiencia suele tener una alta correlación con la reducción de emisiones. La agricultura y la ganadería de precisión minimizan los inputs y los distribuyen inteligentemente en el lugar y momento oportuno. Todo ello es posible gracias a las tecnologías digitales avanzadas de información y comunicación.
4. Reducción. Es la apuesta para prevenir, para evitar y para reducir la causa de las emisiones. Desde los residuos de la agricultura o de la gestión forestal se pueden obtener energías renovables a través de procesos de bioeconomía circular en biorrefinerías. La fertilización orgánica, tal y como reclama la UE, realizada con las precauciones medioambientalmente adecuadas, tal y como ahora, ya se está mejorando. La apuesta por la proximidad, que reduce las emisiones del transporte, dinamiza el mundo rural. Más cosas: la reducción del desperdicio alimentario como acción imprescindible; la modificación, desde la demanda consciente, no desde la imposición ideológica, hacia una dieta más vegetal, y la aportación a la oferta desde nuevas alternativas alimentarias tales como las algas, los insectos y las cianobacterias.
Hay, sin embargo, un gran desconocimiento de la agricultura desde la sociedad urbana. Desde esta lejanía se ha divulgado una imagen desenfocada de la agricultura. Quizás, tal y como dice Daniel Innerarity, el miedo frente a la crisis medioambiental ha llevado a la solución fácil de encontrar un culpable y este rol lo ha ocupado la agricultura. Se han desenfocado los datos de emisiones y adjudicado a la agricultura emisiones que como mínimo lo son de todo el sistema que nos lleva la comida a la mesa. Se han difundido unos datos simplemente falsos sobre la edad de los ocupados agrarios. La agricultura es la base del primer sector productivo de Catalunya y el tercer exportador, uno de los más importantes clústeres agroalimentarios de Europa.