Cuestión de tipos
La vuelta a las caídas en las bolsas desde final de agosto es achacable al mensaje agresivo de la Fed y el BCE. La prioridad es subir tipos de interés de forma rápida e intensa para intentar reducir los disparados niveles de inflación.
Aunque la inflación se sitúe en máximos de 40 años en Estados Unidos y Europa, la situación de ambas regiones es muy diferente. En Estados Unidos una parte relevante de la subida de precios se debe a la fortaleza de la demanda tras la ingente inyección de dinero en la economía mediante ayudas directas. Por el contrario, en Europa la inflación se debe, principalmente, a problemas de oferta, siendo la energía y los alimentos responsables del 70% de la subida los precios. En Estados Unidos, el mercado laboral mantiene una fortaleza considerable. Con una tasa de paro del 3,7%, los puestos de trabajo sin cubrir doblan el número de personas desempleadas, presionando al alza los salarios.
El efecto negativo de la subida de tipos de interés sobre la actividad económica es evidente. Ante el inevitable deterioro de las previsiones de crecimiento globales, los bancos centrales se ven obligados a subir de forma contundente los tipos para intentar combatir la inflación. La ventana temporal para endurecer su política monetaria es muy estrecha. Difícilmente podrán subir los tipos de interés más allá de diciembre de este año.
De momento, los mercados financieros descuentan subidas de tipos de la Fed hasta el 4,5% y en el caso del BCE, hasta el 2,5%. Ante el inevitable deterioro de las previsiones económicas, cualquier respiro de los datos de inflación llevará a los bancos centrales a relajar sus expectativas de subidas de tipos. Mientras tanto, la volatilidad en los mercados financieros está garantizada.
REPSOL -8,77%
La crisis energética y el endurecimiento de las medidas monetarias lastran el selectivo