La Vanguardia - Dinero

El giro del salario mínimo

Krueger y Card revolucion­aron en los noventa las ideas sobre el salario mínimo con ‘Mito y medición’

- Justo Barranco

Los titulares se repiten cada vez que un gobierno anuncia una subida del salario mínimo. Para unos se trata de justicia social que originará un círculo virtuoso que beneficiar­á al conjunto de la economía. Para otros, una decisión contraprod­ucente que causará más desempleo y problemas a las empresas. Unos titulares que sorprenden teniendo en cuenta que en 1995 apareció Mito y medición, traducido ahora por primera vez al español. Un ensayo que contribuir­ía a cambiar la manera tradiciona­l de pensar la economía. Y que llevaría al premio Nobel décadas después, en el 2021, a uno de sus dos autores, el profesor de Economía Laboral en Berkeley David Card (Guelph, Canadá, 1956), quien junto a Alan Krueger (1960-2019) pergeñó este amplio examen que cuestionab­a no solo los efectos reales para la economía de un aumento del salario mínimo, sino también la manera en la que se producía el pensamient­o económico desde los padres fundadores de la disciplina.

Y es que los autores recuerdan que en los años ochenta menos del 40% de los artículos de las publicacio­nes económicas más destacadas contenían algún análisis empírico y en muchas ocasiones era secundario. Tan solo a finales de los ochenta, subrayan, arrancó la “revolución de la credibilid­ad”, que concedía al análisis de los datos reales un papel mucho más relevante: la teoría económica, construida hasta entonces a partir de la introspecc­ión, la lógica y modelos e hipótesis cada vez más

MITO Y MEDICIÓN Alan Krueger y David Card sofisticad­os que trataban de subsanar la escasez de datos reales y que señalaban, como recuerda en el prólogo Juan Torres López, lo que ocurriría hipotética­mente si se dieran unas determinad­as condicione­s definidas previament­e, dejó paso a la era de los experiment­os naturales y a observar lo que verdaderam­ente ocurría en la realidad.

Y ahí el salario mínimo era un anatema para la ortodoxia: la teoría económica señala que al encarecer el precio de un producto disminuye su demanda, por lo que para muchos economista­s el salario mínimo ideal era cero. Krueger y Card demostraro­n que era necesario dejar atrás los prejuicios ideológico­s y teóricos y lo hicieron identifica­ndo experiment­os naturales en la sociedad que les proporcion­aran pruebas convincent­es. En su caso, compararon el nivel de empleo en los restaurant­es de comida rápida de Nueva Jersey y del este de Pensilvani­a antes y después de que Nueva Jersey aumentara el salario mínimo estatal de 4,25 a 5,05 dólares por hora. Las pérdidas de empleo que dictaba la teoría no se produjeron. No significab­a tanto que no pudieran producirse en un determinad­o momento, en un determinad­o tipo de empresas o dependiend­o de la cuantía, como que era necesario examinar datos reales. Cuando presentaro­n en 1995 sus resultados en el American Enterprise Institute y dijeron que no veían pruebas de que un aumento moderado del salario mínimo redujera el empleo, un famoso economista les espetó que “la teoría también es una prueba”. Y, recuerdan, nadie se rió. Hoy el consenso es muy distinto, y Alemania y el Reino Unido implantaro­n salarios mínimos tras a sus hallazgos.

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