Un nuevo pacto de productividad
Durante la primera mitad del siglo XX existió el denominado Círculo de Bloomsbury en Londres, que estaba integrado por un grupo de intelectuales británicos que influían profundamente en la literatura, la estética y la economía. Uno de sus miembros fue el economista John Maynard Keynes que postulaba que el pleno empleo era una condición necesaria para un verdadero equilibrio económico. En la actualidad, con una tensión inflacionista elevadísima que dificulta pagar las facturas, nos vendría muy bien tener un Bloomsbury que reflexionara sobre los medios adecuados para luchar contra la inflación, más allá de la subida de los tipos de interés, que, durante un período de tiempo lo más corto posible, también es necesaria.
¿Por qué remito mi reflexión haciendo alusión a los intelectuales británicos? Porque hemos de aportar una hoja de ruta diferente donde salgamos reforzados convirtiendo la amenaza en oportunidad. Además, hoy en día, el debate económico es nuevo, se aparta de situaciones anteriormente vividas ya que el planeta nos da una variable diferente y la sostenibilidad lo invade todo, nos estamos jugando el to be or not to be.
Desde Pimec, con el reto de mantener la actividad económica y, por lo tanto, creando riqueza respetando los ODS, lejos de propuestas de difícil consenso como es el pacto de rentas, planteamos hacer frente a la alta inflación incorporando un pacto de productividad, no solo laboral sino también de recursos. No nos podemos negar a subir los sueldos, pero la fórmula pasa por indexar los salarios a una bolsa de indicadores, entre ellos, principalmente, la productividad. Aumentándola conseguiremos la viabilidad de las empresas y mantener la ocupación, inclusive incrementarla, y podremos subir los salarios. En contraposición, el pacto de rentas pasa por indexar la ampliación de los sueldos al IPC, que en una pequeña parte podría ser razonable, pero con una inflación muy elevada puede provocar el cierre de empresas. Además, el pacto de rentas nos traslada a un empobrecimiento y enfrentamiento entreempresariosytrabajadores.
Y la pregunta del millón es: ¿cómo aumentamos la productividad? Con innovación, conocimiento, talento y gestión inteligente de los aprovisionamientos y recursos. Aplicando tecnología, inteligencia artificial y robótica para mejorar la eficiencia productiva y disminuyendo los consumos, como el de materias primas, podemos mejorar la productividad. Para hacer posible todo esto, en muchos casos, es imprescindible la colaboración y sensibilización pública y, en este sentido, hemos solicitado al Gobierno español que el aumento presupuestario de 3.000 millones de euros en materia de innovación e investigación se destine a la innovación empresarial,principalmentedelaspymes.