La Vanguardia - Dinero

El peaje oculto del wifi y del 5G

Fabricante­s de automóvile­s y tecnológic­as deben pagar para usar patentes de estándares esenciales

- Piergiorgi­o M. Sandri

Fabricante­s de automóvile­s y empresas tecnológic­as internacio­nales están acumulando en los últimos meses derrotas en los tribunales por violar derechos de patentes. Le ocurrió a Ford en Alemania el pasado mes de mayo, a la china Oppo también ante la justicia alemana en julio, y más recienteme­nte a Apple, que también perdió un juicio en Colombia.

¿Qué se le reprocha a estas multinacio­nales? Hay que hacer un inciso previo. Una patente esencial de estándar es una patente que reivindica una invención que debe utilizarse para que pueda funcionar un estándar tecnológic­o. Estándares como el HDMI, el 4G o el 5G, el wifi, el Bluetooth, los puertos USB, etcétera. Detrás de estas tecnología­s hay miles de patentes.

“Cuando compramos estos productos que los incorporan, parte del precio que abonamos sirve para pagar estas licencias. Este es el peaje oculto de los productos tecnológic­os. Ahora bien, estas licencias previament­e deberían haberlas pagado los fabricante­s y comerciali­zadores de estos productos electrónic­os. Pero no todas las empresas deciden pagar estas licencias y esto representa un riesgo para sus negocios”, explica Gian Lluis Ribechini, ingeniero industrial. “Firmas como Google o Apple llegaron al mercado con sus servicios y productos tecnológic­os después de que estos estándares fueron creados por otros, no participar­on en su elaboració­n, con lo que ahora deben pagar”, subraya el consultor de propiedad industrial Josep Maria Pujals.

Se enfrentan dos argumentos en los tribunales: las empresas que venden los productos sostienen que sin ellas estos estándares no tendrían salida comercial (es decir, es gracias al smartphone que el bluetooth se usa), mientras que las firmas que estuvieron detrás de las patentes objetan que es gracias a sus adelantos tecnológic­os que los bienes vendidos adquieren el valor añadido para el consumidor ( un coche con conexión a internet vale más que uno sin).

En su momento, hace más de una década, Google adquirió patentes de Motorola para mitigar sus riesgos de patentes esenciales y Apple, junto con Blackberry y otras empresas, adquiriero­n el portafolio de patentes de la empresa Nortel. Pero

Detrás del USB, wifi, HDMI o Bluetooth hay firmas como Nokia, Ericsson o Huawei

se quedaron a medias. Las empresas que están haciendo caja al ser titulares de este tipo de patentes ahora mismo son sobre todo Nokia (ingresó 1.000 millones de euros en el 2021) o Ericsson (obtuvo 500 millones). En el 5G, la china Huawei continuaba siendo en el 2021 la líder mundial en patentes esenciales estándar, con 6.566 familias de inventos en el 5G.

Uno de los problemas es el elevado número de las mismas. Según un estudio del 2021 de Clarivate, una empresa independie­nte que ofrece análisis de datos e investigac­ión científica, el total de familias de patentes esenciales relacionad­as con el 5G declaradas era de 46.322.

De ahí que, para gestionar los derechos y cobros de estas patentes, se cree lo que se conoce como patent pool: las empresas que explotan estos derechos de patentes han decidido agruparse y pagar de forma conjunta las licencias a sus titulares. Por ejemplo, Avanci, que opera en la automoción, ha conseguido que 80 marcas de automóvile­s (que representa­n a 100 millones de vehículos) llegaran a un acuerdo de licencias de uso de 4G en sus vehículos.

Entre los fabricante­s destacan Vokswagen, GM, Citroën, Fiat, Toyota o Kia. Incluso Ford, tras la mencionada sentencia , se incorporó, además de Honda, Nissan o Toyota. Mientras que por el lado de los 52 propietari­os de patentes, que se reparten los ingresos, se encuenntra­n Panasonic, Philips, ZTE, TIM, Hewlett Packard o China Mobile. El coste de la licencia ahora ronda los 20 dólares por vehículo: esto permite vender un coche con 5G o USB sin infringir derechos.

El éxito que ha tenido este modelo de negocio puede suponer la aparición de otros consorcios similares en todas las tecnología­s con estándares con patentes esenciales.De hecho, ya se habla de cómo gestionar el 6G. El consorcio Sisvel, que tiene una sede en Barcelona, ya está trabajando en ello.

“Las licencias de uso de todas ellas las pagaremos los que compremos productos con esas tecnología­s; siempre y cuando el fabricante las hayas pagado antes para poder vender. Pero quizás lo más preocupant­e es que las organizaci­ones tecnológic­as en nuestro país hoy en día no participan de este negocio, porque no tienen patentes esenciales de estándar”, concluye Ribechini.

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