La Vanguardia - Dinero

Londres empequeñec­e

La venta de empresas, la devaluació­n de la libra y la pérdida de confianza en la economía, factores clave del declive

- Rafael Ramos Londres

Hay todo tipo de negacionis­mos. El del Holocausto, el del cambio climático, y también el del Brexit. En Inglaterra se ha convertido en un tema tabú políticame­nte. Los conservado­res se tapan los ojos para no ver la realidad, los laboristas lo consideran un campo minado en el que mejor no entrar, y la mayoría de votantes piensa que es un tema cerrado, y que por tanto no vale la pena ni tan siquiera debatir sus consecuenc­ias. A lo hecho, pecho.

Pero como dicen los gallegos con las brujas, “haberlas haylas”. El propio Banco de Inglaterra estima que es responsabl­e de la reducción de cuatro puntos de producto interno bruto (más que la pandemia), y la última prueba es la pérdida por parte de la City de Londres del trono de la mayor bolsa de valores de Europa. Ya lo había cedido ante Amsterdam en la categoría de valor total de las acciones, y ahora lo ha hecho ante París en cuanto al valor total de las firmas que cotizan. Decadencia.

El único consuelo para los orgullosos británicos es que tal vez se trate de un tecnicismo, de una situación coyuntural, debido al espectacul­ar aumento del valor de la firma de productos de lujo LVMH (que cotiza en París), y a la caída paralela de un 38% del de la cadena de pubs Mitchell and Butlers, de un 40% del de Marks and Spencer, y de un 70% del de la casa de apuestas 888. Pero aún así, por mucho que uno meta la cabeza debajo del ala, es una realidad incontesta­ble la pérdida de confianza de los mercados en la economía del Reino Unido, donde la inflación (11,2%) es más alta que al otro lado del canal de la Mancha, y la recesión se presenta más larga y profunda, hasta finales del año que viene. El propio director del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, admite que el impacto del desastroso plan económico de la anterior primera ministra, Liz Truss, ha resultado devastador.

Desde el Brexit, la City no es lo que era, y menos aún tras la hecatombe que ha impulsado a Rishi Sunak a Downing Street y colocado al tecnócrata Jeremy Hunt al frente del Tesoro. Sigue siendo el alma de la economía británica y la segunda bolsa más importante del mundo después de Wall Street, números al

La caída de la libra esterlina ha pegado una dentellada al valor de las empresas que integran el FTSE

margen, por los servicios profesiona­les que proporcion­a y en categorías como el volumen de compravent­a de acciones, especulaci­ón en monedas y derivados, y hedge funds. Pero la devaluació­n de la libra esterlina respecto al dólar (mayor que la de la divisa europea) es responsabl­e de la pérdida de 500.000 millones de euros en la capitaliza­ción de las empresas que cotizan en el índice FTSE 250.

Puede que el Brexit no haya desembocad­o en el escenario más agorero de una fuga masiva de institucio­nes y capital, pero la salida de la UE, la pandemia y la pérdida de confianza en la economía británica han contribuid­o a la venta de un tercio de las mayores empresas que cotizaban en la City y ahora lo hacen en París, Amsterdam, Frankfurt,

En la última década un tercio de las mayores firmas de la City han sido vendidas y ya no cotizan en Londres

Singapur, Nueva York, Shanghai o Pekín, elemento clave en su destronami­ento. Los últimos pronóstico­s de la Oficina de Responsabi­lidad Fiscal y el presupuest­o presentado el jueves por el Gobierno, con subidas de impuestos y reducción del gasto público, presentan un horizonte desolador con escaso margen para la esperanza. En términos de productivi­dad, volumen comercial, inversión tanto nacional como extranjera, innovación y formación de la fuerza laboral, el Reino Unido no levanta cabeza. Entre el Brexit y la pandemia, un millón de personas se han evaporado del mercado de trabajo y hay una carencia crónica de mano de obra en sectores como la agricultur­a, la sanidad y la hostelería que impacta negativame­nte sobre el crecimient­o.

A pesar de todo, la City sigue siendo un gigante. Los servicios financiero­s generan 240.000 millones de euros al año y son la segunda industria más productiva del país, contribuye­ndo con 120.000 millones de euros en impuestos.Una ciudad de solo dos kilómetros cuadrados de extensión, fundada por los romanos,con su propia administra­ción, leyes y fronteras, en ella trabaja casi medio millón de personas, es la sede asegurador­as, grupos bancarios, navieras, bufetes de abogados, gestoras de fondos, firmas de contabilid­ad y agencias de rating, y diariament­e se compran y venden productos por valor de tres billones de euros.

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