La Vanguardia - Dinero

Márgenes e inflación

- Robert Tornabell Profesor emérito y exdecano de Esade Business School

Durante meses, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, atribuyó la creciente inflación de la zona euro a dos factores: los aumentos de los salarios y, en segundo término, las consecuenc­ias de la injustific­ada guerra de Ucrania, porque se cortaron los suministro­s de alimentos y aumentó el coste de la energía en los procesos de la agricultur­a y de la industria, así como en el consumo de electricid­ad y gas de los hogares. En las dos últimas reuniones del comité ejecutivo, la presidenta insistió en las consecuenc­ias inflacioni­stas de los aumentos de los salarios, y lo mismo hicieron otros bancos centrales.

Pero desde principios de abril, el BCE y otros bancos centrales han señalado otro factor inflacioni­sta: los elevados beneficios de las empresas. Los márgenes de los distribuid­ores de alimentos (las grandes superficie­s de distribuci­ón) aumentaron de forma continuada. En España, los supermerca­dos reconocier­on que no habían tenido otro remedio para cubrir los crecientes costes de los productore­s que vender a precios más caros, especialme­nte la cesta de la compra de alimentos.

Uno de los ejecutivos del BCE, Fabio Panetta, insistió en Frankfurt en que en el último trimestre del 2022 la mitad de las presiones sobre los precios de la eurozona se debió al aumento de los beneficios de las empresas, y la otra mitad, a los aumentos de los salarios. Los márgenes de beneficios de las empresas de la eurozona, medidos como el beneficio neto sobre los ingresos, alcanzó una media del 8,5%. Antes de la pandemia, al final del año 2019, el margen medio de la eurozona fue del 7,2%.

Para Fabio Panetta, las empresas aumentan los precios por tres motivos. En primer lugar, porque aumentan los costes de producción de bienes y servicios; en segundo término, porque dominan el mercado y no temen que los aumentos de precios disminuyan la demanda. Por último, las rupturas de las cadenas de suministro­s contribuye­n también al aumento del precio final de los productos.

En España, la tasa de inflación en marzo llegó al 3,3% (su nivel más bajo en año y medio). Los peores momentos se produjeron cuando el precio de la energía se disparó por la guerra. Las medidas que propusiero­n España y Portugal a la CE, conocidas como excepción ibérica, supusieron un tope a los precios del gas y repercutie­ron en menores costes de la energía para los ganaderos, la agricultur­a, la industria y los hogares. Esta eficaz medida ganó el favor de otros países de la UE.

Cuando las empresas aumentan los márgenes para conseguir mejores beneficios lo que consiguen es aumentar de la inflación. ¿Tiene algún coste la búsqueda de mayores beneficios? Provoca tipos de interés más elevados, y el Euribor ya es demasiado caro para darle más impulsos.

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