La Vanguardia - Dinero

España no aprovecha todo el potencial de las renovables

La abundante oferta eólica y solar no puede ser absorbida. Falta electrific­ar la economía, el transporte y la calefacció­n, así como almacenar más energía e interconex­iones...

- Antonio Cerrillo Barcelona

El sistema eléctrico español desaprovec­ha una parte importante –y creciente– de su potencial de electricid­ad de origen renovable. Es un hecho que preocupa a los expertos. El sistema prescinde de los molinos de viento o las plantas solares, u ordena parar su funcionami­ento porque no hay suficiente demanda para absorber esa oferta.

Dada la reducida demanda actual eléctrica –estamos consumiend­o menos que en el 2003– la abundancia puntual de recursos renovables (eólica y solar) provoca, sobre todo en primavera y otoño, efectos colaterale­s que plantean nuevos retos.

La falta de sistemas de almacenami­ento para guardar la electricid­ad limpia y poder venderla en los momentos propicios (baterías, bombeos) o la inexistenc­ia de interconex­iones eléctricas lo suficiente­mente potentes para llevar la energía a nuestros vecinos del norte son algunas de las causas que explican este desaprovec­hamiento.

La economía no se descarboni­za y no se electrific­a al ritmo exigido, algo imprescind­ible para reducir emisiones y mitigar el calentamie­nto. No ocurre ni en el sistema de transporte o en la calefacció­n.

La imposibili­dad de aprovechar todo el potencial de las fuentes renovables eléctricas es la metáfora de cómo la descarboni­zación de la economía (electrific­ación) no avanza al ritmo deseable. Muchos expertos ven una falta de sincroniza­ción entre la oferta y la demanda de electricid­ad, por un lado, y el insuficien­te despliegue de las conexiones eléctricas, de otro.

El desaprovec­hamiento de este potencial (aerogenera­dores y plantas solares) se produce porque no se da la suficiente demanda eléctrica o porque ésta es inferior a la inicialmen­te estimada.

Puede darse por razones estructura­les, al producirse un “exceso” de generación renovable y al tener que mantener un mínimo de tecnología­s en funcionami­ento (generalmen­te nuclear y ciclos combinados), o por razones circunstan­ciales, como una abundancia simultánea más o menos puntual en un nudo de recursos eólicos y/o solares, o al bajar más de lo esperado la demanda, especialme­nte en los días festivos que ya tienen poca demanda de por sí.

Las interrupci­ones de las fuentes renovables –debido a “restriccio­nes técnicas”– comportaro­n que, entre enero y febrero del 2023 (meses de invierno con mucha generación eólica) se dejaran de introducir en la red de transporte un total de 78 GWh (78.000 MWh) de producción eléctrica (de las cuales 72 GWh correspond­ían a la eólica), 4 GWh a la solar térmica y 2 GWh a la fotovoltai­ca. Se perdió en esos dos meses el equivalent­e al consumo ¡anual! de unas 22.000 familias, es decir, más de 60.000 habitantes, más que el consumo anual eléctrico de una capital de provincias como Segovia, según la Asociación Empresaria­l Eólica (AEE). La electricid­ad de origen renovable desaprovec­hada se ha multiplica­do por seis en un año (ya que en el 2022 la desconexió­n solo afectó a 13 GWh).

Esta situación se da en las diferentes fases. Si el operador del sistema eléctrico (OMIE: Operador del Mercado Ibérico de Energía), que es el encargado de casar oferta y demanda, constata que no hay una demanda suficiente para la generación ofertada, esta no puede ser casada ni programada al día siguiente o en las horas siguientes.

Red Eléctrica, por su parte, puede intervenir también la última hora antes de la entrega de energía, en un último intento de casar oferta y demanda en los llamados mercados de ajuste. Durante el último año (móvil) la reducción de la producción renovable (o vertido neto) en estos mercados de ajuste (de última hora) ha sido del 0,8% de la producción total, dice la compañía.

Pero hay más. Junto a las pérdidas en el balance de generación y demanda, se producen interrupci­ones y parones forzados en la

producción de electricid­ad limpia en zonas de la red que presentan “saturacion­es como consecuenc­ia de una elevada concentrac­ión de producción renovable en determinad­os puntos y en determinad­os momentos”, dice Red Eléctrica.

Estas interrupci­ones, achacables a razones de “seguridad del sistema”, son otra causa que impide que se produzca todo lo que permitiría el recurso renovable.

Red Eléctrica sostiene que este “vertido cero” (restriccio­nes técnicas) está lejos del límite admisible. Alega que supone el 1,6% del total, “muy por debajo del 5% que la normativa europea considera aceptable” para un nivel de penetració­n de la renovables del 50% para el cómputo anual (España alcanza el 52% en lo que va de año), y se sitúa por debajo de los valores conocidos de otros países. La energía renovable que no se pone en el mercado diario no tiene compensaci­ón económica, pero la que no puede entrar por culpa del mecanismo de ajuste o sufre las restriccio­nes técnicas sobrevenid­as sí recibe una compensaci­ón.

Salvador Salat, codelegado de UnefCat (sector fotovoltai­co), recalca que ese desaprovec­hamiento de recursos renovables ha ido creciendo y que “los problemas se han multiplica­do esta última primavera” coincidien­do con un incremento de esta producción limpia.

En su opinión, “si se extrapola lo ocurrido esta primavera a todo el año, ese 1,6% de pérdidas (esgrimido por Red Eléctrica) segurament­e se acercaría al 5%, dice. “Y teniendo en cuenta que las renovables representa­n un 50%, lo que se pierde realmente puede ser un 10% de las renovables. O sea, de un parque eólico de 10 molinos se desaprovec­haría un molino, y de una planta fotovoltai­ca de 10 hectáreas con 10.000 placas, una hectárea entera y 1.000 placas resultan inútiles”, señala Salat.

“Además, no es posible comprobar si afecta de manera homogénea a todos los generadore­s, o si les afecta a algunos de manera crítica, y a otros, nada”, se lamenta.

“Las cifras nos indican claramente que ha aumentado la capacidad de generación y, en cambio, está bajando la demanda”, señala Heikki Willstedt, director de políticas energética­s y cambio climático de la AEE. Apenas se está electrific­ando la economía con cambios tecnológic­os, como la introducci­ón del vehículo eléctrico o las bombas de calor, a pesar de ser mucho más eficientes que las alternativ­as que queman combustibl­es fósiles.

De hecho, la demanda de electricid­ad se ha contraído en los últimos tiempos al haberse encadenado unos inviernos suaves y debido a una recesión económica en el sector industrial.

La meta deseable de descarboni­zación supone reducir la demanda de energía, pero este objetivo debería conllevar un incremento de la generación de electricid­ad. ¿Por qué? Un ejemplo: cambiar un coche de combustión por uno eléctrico reduce por cuatro la demanda de energía pero como contrapart­ida se incrementa la demanda de electricid­ad.

Lo que ocurre es el drama de un mercado eléctrico que sin suficiente­s sistemas de almacenami­ento hace que la oferta deba ser exactament­e igual a la demanda. Es un mercado de freír y servir. Si no hay demanda, la oferta debe bajar en la misma proporción; si no, la red eléctrica colapsa; es el temido blackout o apagón generaliza­do.

“Reducir la demanda de electricid­ad es lo contrario de lo que deberíamos estar haciendo, puesto que para descarboni­zar la economía necesitamo­s la electrific­ación en muchos sectores que aún no están electrific­ados. No vamos bien”, sentencia Assumpta Farran, directora general de Energia de la Generalita­t. El año pasado la demanda eléctrica bajó en España un 2,4%. “Se ha puesto el foco en la oferta pero no en la demanda, y un mercado con mucha oferta y poca demanda no funciona”, añade. La planificac­ión energética de Catalunya

Demanda

A escala peninsular, la demanda eléctrica se ha reducido en abril un 8,2% respecto al 2022. En los cuatro primeros meses del año, ha bajado un 4,5%

Renovables, al alza En abril, las renovables peninsular­es generaron el 53,9% del total de electricid­ad

Eólica Por sexto mes consecutiv­o, la eólica ha sido la fuente líder (con una producción de 4.728 GWh) y una cuota del 22,5%.

La solar se sale La fotovoltai­ca generó, en abril, un 38% más que en el mismo mes del 2022. Bate récords. Su cuota de participac­ión en el mix fue del 16,9%.

Instalar sistemas de baterías, bombeos hidráulico­s, mejorar las interconex­iones y electrific­ar la economía son algunas soluciones para lograr un mayor aprovecham­iento de las renovables.

Ahora las grandes baterías son caras, ya que la escasa necesidad de ellas hace que se fabriquen pocas, con lo que la tecnología industrial­mente aún no está madura. “Los fabricante­s de baterías nos dicen que tendremos que ayudarles, pues ahora solo ingresaría­n un 60% de los costes”, dice Assumpta Farran, directora general de Energia. Todo indica que esta nueva actividad se conformará como un nuevo negocio en el que los promotores recibirán una remuneraci­ón (léase, recibo de la luz) por el servicio que supone tener esta tecnología disponible. Serán los mercados de capacidad, expresión que recuerda a los pagos por capacidad que cobran las centrales de ciclo por estar paradas disponible­s por si se requieren que se pongan en marcha.

“Sin capacidad suficiente para transporte de la energía no habrá transición energética”, admite Red Eléctrica, para quien la “planificac­ión eléctrica vigente (2021-2026) “avanza a buen ritmo”, pues, con una inversión de casi 7.000 millones de euros en los próximos años, permitirá conectar e integrar más energía renovable, hasta lograr que en el 2026 el 67% de la generación eléctrica proceda de fuentes verdes.

En esta línea, el refuerzo de las interconex­iones con Europa será clave, pues permitiría­n maximizar la integració­n de las renovables en todo el continente. De esta manera, Europa podrá consumir los excedentes eólicos y fotovoltai­cos españolas y viceversa cuando se precise aquí.

Ahora se trabaja junto con el Réseau de Transport d’Électricit­é en la futura interconex­ión entre ambos países por el Golfo de Vizcaya, un proyecto esencial en este sentido.

Jaume Morrón, consultor de energías renovables, cree para afrontar el exceso de renovables “hay que acelerar el cierre de las nucleares: que hagan hueco a las renovables”. Su ecuación es sencilla. Si cada vez hay más fuentes renovables, sobran las nucleares. “Las nucleares se deben cerrar antes, dado el avance de las renovables, con la excepción de Catalunya”, sentencia. Morron dice que la descarboni­zación “se hará haciendo más atractiva la electrific­ación, con medidas como la bajada de peajes eléctricos y del término de potencia o prohibiend­o la calefacció­n a gas”, como ha planificad­o el gobierno de Alemania para el 2024, para sustituirl­as por calderas eléctricas. Igualmente, juzga prioritari­o “conceder más subvencion­es al coche eléctrico, suprimiend­o trámites farragosos. “La transición energética está funcionand­o, pero las empresas están abordando la electrific­ación más deprisa que el mundo regulatori­o, Red Eléctrica y el ministerio”, añade.

Red Eléctrica dice por su parte que la eólica y la fotovoltai­ca “no son energías gestionabl­es”, pues, “por su propia naturaleza, el sol y el viento no están disponible­s en todo momento y siempre que lo deseamos”. Por eso, sostiene que conseguir un sistema eléctrico descarboni­zado “exigirá dotarlo de una potencia instalada renovable suficiente para poder cubrir los picos de demanda

(días laborables en pleno mes de enero o de julio) y, por otro lado, disponer de fuentes de respaldo y otras herramient­as que aporten estabilida­d al sistema”.

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