La Vanguardia - Dinero

Tareas pendientes... otra vez

- Santiago Carbó

El adelanto de las elecciones generales al 23 de julio altera –y de qué manera– la hoja de ruta política y económica de los próximos seis meses. Por un lado, se trunca la aprobación de leyes y normas que se habían anunciado, algunas muy esperadas. En el limbo más de sesenta proyectos que estaban en tramitació­n, así como ocho que ya estaban aprobadas por el Gobierno. La ley de familia, la de Equidad Sanitaria, la de Salud Mental o la del Cine son algunos ejemplos. Asimismo, es probable que tenga alguna incidencia sobre las principale­s iniciativa­s del segundo semestre, con la presidenci­a española de la UE. El país que la preside marca la agenda, y ahora se llena de incertidum­bres.

La convocator­ia electoral pilló a todos por sorpresa. Europa no fue excepción. Aunque no es la primera vez que se convocan unas votaciones en medio de la presidenci­a de un país, existen riesgos notables de que la potencia de las iniciativa­s quede desdibujad­a, con la incertidum­bre y vicisitude­s del proceso electoral y de transición al nuevo gobierno, sea del signo que sea. Algunas de las iniciativa­s son de gran relevancia en materia financiera, como los avances en la incompleta unión bancaria, algo por lo que nuestro país lleva tiempo pugnando. O el futuro despliegue de los fondos Next Generation EU. Sería convenient­e que la presidenci­a española pudiera tener éxito. El país se juega su prestigio.

En cuanto a los desafíos de medio y largo plazo, se suele hablar poco de ellos, pero tienen que ser prioritari­os para el gobierno que salga de las elecciones del 23-J. La baja productivi­dad –problema que viene de largo– es uno de ellos, con numerosos temas sin resolver: bajos salarios, pérdida de renta real per cápita, capacidad de mejorar la sostenibil­idad de las cuentas públicas. Pesaditos somos los economista­s con ello, pero está pendiente. Todo gobierno debe tener una agenda social ambiciosa, pero también económica, que mejore las bases de competitiv­idad del país. Llevamos casi dos décadas con serias disfuncion­alidades de algunas de nuestras institucio­nes económicas, como el mercado de trabajo, los incentivos y la innovación. No es tarde. Con la productivi­dad se puede, poco a poco, mejorar la renta de los españoles y el Estado del bienestar. Los retos se acrecienta­n con el envejecimi­ento de la población. Si se pone la palabra productivi­dad en la agenda política, se habrá logrado mucho. La dialéctica facilita llegar a los hechos. Permitiría un crecimient­o sólido e ir suavizando las tensiones de la deuda pública o la sostenibil­idad de las pensiones. Quedarán pendientes problemas como la vivienda para el que hará falta tiempo para ampliar el parque existente, sobre todo de alquiler, para que aumente la oferta y no se encarezca más. Cuesta al principio, pero mejora el bienestar de todos.

|

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain