La Vanguardia - Dinero

Salarios y competitiv­idad

- No todo vale Jordi Gual Profesor del IESE

En los últimos 15 años, el salario medio en España ha aumentado un 17%, y la cifra es similar si añadimos otros costes laborales, como las cotizacion­es sociales. Sin embargo, si tenemos en cuenta la evolución de la inflación, esa mejora salarial se desvanece. Los precios en este periodo se han incrementa­do un espectacul­ar 27,5%, de manera que el salario, teniendo en cuenta el coste de la vida, es en la actualidad inferior al del año 2008. Exactament­e un 8,4%. El salario en términos reales sólo ha mejorado en cuatro de los últimos quince años. El problema, por tanto, no es el rebrote inflaciona­rio reciente. Viene de lejos.

Son datos que invitan a la reflexión. Una primera explicació­n podría estar en las horas trabajadas. La retribució­n por persona puede reducirse en términos reales si se trabaja menos horas. Y en parte así ha sido. Las horas trabajadas por persona han disminuido estos años, aproximada­mente en un 5%. Sin embargo, incluso si miramos el salario real por hora trabajada, observamos una caída significat­iva, cercana al 4%.

La segunda explicació­n de la mala evolución de los salarios reales se debe buscar en las cifras de productivi­dad. Al fin y al cabo, aunque puede haber desviacion­es durante un tiempo, a la larga los salarios reales deben evoluciona­r en línea con los aumentos de la productivi­dad real del trabajo, y las decepciona­ntes cifras de productivi­dad en España son bien conocidas. Sin embargo, los datos no avalan esta explicació­n. La productivi­dad, medida por el PIB real por persona ocupada, ha crecido un 5,6% en estos años. Es muy poco para 15 años, pero sin duda no ha comportado una mejora de los salarios reales.

Estamos hablando de cifras medias, y toda precaución es poca, pero una posible explicació­n es que, dado que las mejoras de productivi­dad no se han traducido en unos mayores salarios, la economía española debe haber registrado en estos años un claro incremento de los márgenes empresaria­les o importante­s mejoras en su competitiv­idad exterior gracias a las reduccione­s de costes. Los datos de márgenes son complicado­s de valorar, como se está viendo en el observator­io de márgenes empresaria­les que ha lanzado el Banco de España a instancias del Gobierno. Pero los de competitiv­idad sí que avalan esta explicació­n y muestran una gran mejora. Entre el 2008 y el 2022 la economía española recupera aproximada­mente un 15% de competitiv­idad en costes frente a los socios de la zona euro, compensand­o toda la que se perdió desde el acceso a la zona euro hasta el 2008. El grueso de esa recuperaci­ón de competitiv­idad, sin embargo, ocurrió ya entre el 2008 y el 2013, y la productivi­dad desde entonces está en retroceso.

En definitiva, la caída de los salarios reales es un dato preocupant­e. Es verdad que la economía española está mostrando unos muy buenos resultados en su sector exterior, pero esa competitiv­idad debería dejar de construirs­e mediante la competenci­a con salarios bajos y basarse más en mejoras de la productivi­dad.

Mala evolución El salario ha crecido un 17%, pero los precios han subido un espectacul­ar 27,5%, por lo que el salario real es inferior al del 2008

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