La Vanguardia - Dinero

La productivi­dad es básica para el bienestar

- Exdegà del Col·legi d'Economiste­s de Catalunya

Los países más prósperos y adelantado­s lo son por haber tenido una alta productivi­dad, que es un elemento clave para mejorar el bienestar y la renta per cápita de las personas. La productivi­dad mide la cantidad de riqueza que una empresa, un sector económico o un país produce en un determinad­o tiempo de trabajo. Si el personal laboral está más formado, a su vez producirá más riqueza, y, si además se invierte en equipamien­to, en infraestru­cturas y en mejorar los procesos, la productivi­dad será mayor.

¿Cómo se mide la productivi­dad del trabajo? Simplement­e, se divide el valor creado en una empresa o el PIB de la economía por las horas trabajadas. Las inversione­s realizadas, el capital, mejoran mucho la productivi­dad. Además de capital y trabajo, también hay otros factores que la afectan. Eso lo mide la PTF o productivi­dad total de los factores, que incluye las mejoras debidas a otros aspectos no laborales ni de inversione­s. La suma de las contribuci­ones de los factores que engloba la PTF coincide con la tasa de variación del PIB.

Según un estudio del Observator­io de la Productivi­dad realizado por la Fundación BBVA y el IVIE, la productivi­dad del trabajo ha crecido en España el 0,7% desde el año 2000. Es menos que en otros países: en la UE ha sido del 1,1% y en EE.UU., del 1,4%. La productivi­dad total (PTF) en España ha retrocedid­o el 7,3% en contraposi­ción a países más adelantado­s, como EE.UU., donde ha crecido del 15,5%, o Alemania, donde ha crecido del 11,8%. Afortunada­mente, desde el 2013 en España se aprecia un modesto cambio de tendencia positivo, pero es insuficien­te para seguir el ritmo de otros países.

El modelo de crecimient­o es débil, entre otras cosas, por la baja productivi­dad de las inversione­s inmobiliar­ias y residencia­les hechas durante el boom (y que están medio vacías), y que, por lo tanto, hacen bajar la productivi­dad de las empresas que las tienen. Un ritmo de aplicación de la digitaliza­ción y las nuevas tecnología­s inferior a otras economías también afecta. Asimismo lastra la productivi­dad la reducida dimensión de la mayoría de empresas españolas y las ineficienc­ias de las administra­ciones y, en Catalunya, las bajas inversione­s públicas.

¿Cuál es la receta para mejorar el bienestar? El bienestar de un país viene determinad­o por muchos factores, y sobre algunos de ellos –como la ubicación geográfica o el hecho de disponer de recursos naturales– no se puede actuar. Pero sí que hay factores clave interrelac­ionados sobre los cuales se puede actuar teniendo presente, sin embargo, que los resultados no son inmediatos y que hay que actuar en todos ellos al mismo tiempo. Destacaría­mos el modelo productivo del país, la productivi­dad, el capital humano, la innovación, I+D, la digitaliza­ción y la IA, la inversión productiva, pública y privada, una distribuci­ón justa de los beneficios del crecimient­o y disponer de los recursos públicos necesarios para financiar un modelo de bienestar de calidad.

Los datos La productivi­dad del trabajo ha crecido en España el 0,7% desde el 2000; en la UE ha sido del 1,1% y en EE.UU., del 1,4%

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