Paneles que generan luz y protegen el campo
Un proyecto piloto estudia cómo optimizar el encaje entre generación solar y árboles frutales
50% con los ingresos del impuesto sobre las emisiones de CO2 de los vehículos de tracción mecánica. Santiago Martínez, cofundador y director general de KM0 Energy, señala que en este tipo de instalaciones solares los costes se multiplican por dos al requerir más hierro por la mayor altura de los paneles y por el sistema de seguidores, que es el que permite que los paneles giren. Martínez también señala la falta de mercado como factor encarecedor.
La viña es, junto a los manzanos, uno de los cultivos en los que es más favorable la que se conoce como agrovoltaica (de agricultura y fotovoltaica), según el experto del IRTA. Por su mayor margen de precios al tratarse de productos de mayor valor añadido, los elaboradores de vino y cava están siendo pioneros en este tipo de instalaciones. Además, el director general de
Encima de una finca de manzanos de las variedades golden y gala, el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) y la empresa KM0 Energy han plantado 322 paneles solares fotovoltaicos para la generación de electricidad. Ubicado en Mollerussa (Pla d’Urgell), se trata del primer proyecto piloto en árboles frutales de Catalunya, pero no así en otros cultivos como viña o huerta. “Es una prueba para observar cómo funciona la instalación con el objetivo de optimizar el funcionamiento de futuras instalaciones”, señala Luis Asin, responsable del programa Fructicultura del IRTA.
Los paneles se erigen por encima de los manzanos, a una altura máxima de 5,5 metros, y están ubicados de tal modo que permiten la entrada de luz solar, necesaria para el crecimiento de los árboles y sus frutos. Además, Luis Asin explica que se están probando dos tipos de paneles: unos traslúcidos fijos que permiten el paso de la luz solar y otros móviles que buscan optimizar el encaje entre generación de electricidad y producción de alimentos. La instalación es capaz de generar un máximo de 165 kW de
18% electricidad.
El proyecto, de cinco años de duración, tiene un coste de 813.389 euros y está financiado con el Fondo Climático, que se nutre en un
KM0 Energy, empresa que ya ha llevado a cabo diversas experiencias en agrovoltaica en viña, señala que “es uno de los cultivos más sensibles a los efectos del cambio climático”. En este sentido, los paneles protegen la vid cuando hay demasiada radiación solar y también son una protección contra el granizo (ambas circunstancias son cada vez más frecuentes por culpa del calentamiento planetario). “Hay estudios en los que se observa que gracias a los paneles se consigue retrasar la cosecha diez días”, añade Martínez.
En Catalunya, los proyectos agrovoltaicos son aún anecdóticos, pero no así en la vecina Francia. “El Gobierno lleva a cabo subastas específicas para la construcción de parques agrovoltaicos, a 92 euros el MWh de electricidad generada, un precio superior que es pagado por el propio sistema eléctrico”, explica el cofundador de KM0 Energy. Martínez insta a las autoridades nacionales a hacer lo mismo en España para incentivar este tipo de instalaciones.
Son ya numerosos los estudios realizados en otros países que han conseguido demostrar que la protección solar mediante paneles fotovoltaicos ofrece múltiples beneficios aditivos y sinérgicos, incluida la reducción del estrés por sequía en las plantas, una mayor producción agraria y protección de las plantas contra fenómenos climáticos severos. Además, se estima que cubriendo el 10% de la superficie agrícola de la Unión Europea se podría alcanzar una capacidad instalada de entre 3,2 TW y 14,2 TW.