Menú degustación sorpresa
Los artífices de este restaurante de la Dreta de l’Eixample siguen evolucionando su improvisada apuesta, basada en una fórmula a la que quieren aportar la frescura
Hace un par de años cuatro amigos que se conocieron trabajando en el estrellado Caelis, del chef Romain Fornell en el barcelonés hotel Ohla, decidieron emprender juntos un viaje por su cuenta: Imprevisto, un restaurante que se comenzó a gestar m·s o menos al mismo tiempo que se gestaban los ertes ocasionados por la pandemia.
En aquel momento el precio de los alquileres ni por asomo era el de hoy, así que los italianos Luca Pinna, Raffaelle D’Avico, Isabella Vivarelli y el ecuatoriano Alberto Jaime León aprovecharon la ocasión para hacerse con una antigua hamburguesería de la Dreta de l’Eixample, que reformaron como buenamente pudieron sin ayuda de nadie.
Dos años m·s tarde, tras cosechar éxito gracias al boca a boca, siguen fieles a su propuesta inicial: un menú degustación completamente improvisado, que ha ido evolucionado con el paso de los años. Este se basa en el producto de temporada y en la cocina de mercado, y dicen que les gusta que sea sorpresa, porque hace que la fórmula elegida se vuelva m·s informal. “Los menús degustación suelen ser serios y, a veces, incluso aburridos. Nosotros queremos hacer que todo sea divertido”, explica Vivarelli mientras atiende la sala derrochando simpatía.
Al frente de la cocina Pinna y D’Avico, quienes en este caso deciden arrancar la experiencia con un panipuri de crema de alcachofas perfumado con lima y aliñado con botarga, que ya deja entrever que en la cocina de Imprevisto estar· presente la despensa italiana. Le sigue la ostra de Normandía con suquet de pescado de roca, crumble de picada catalana y huevas de trucha, que por unos segundos nos transporta al Caelis; y un interesantísimo tartar de solomillo de vaca acompañado de una reducción del jugo de la propia carne, hierbas arom·ticas, semillas de mostaza encurtidas, piñones tostados y mayonesa de raifort.
Entre los imprevistos pases que probamos en nuestra última visita (cuentan con dos opciones de menú degustación, uno largo con 10 platos y otro m·s corto con 7), nos sorprende adem·s la llamada ‘mariscada’ que preparan con calamares, berberechos, navajas, mejillones, un curioso pico de gallo con tomate semiseco, ajo blanco y jalapeño. También el exquisito ravioli relleno de patata ahumada y tartar de gambas que sirven con una espuma del propio marisco.
La cuidada selección de vinos del sumiller Alberto Jaime León acompaña impecablemente cada pase. En su bodega, un poco de todo: rieslings, txakolis, vinos naturales m·s funkies u otros de corte m·s cl·sico y formal.
Desde hace poco en Imprevisto se pueden elegir platos a la carta, pero probar de este modo su propuesta, ¿no sería acaso una atrocidad?c