Camps al jurado: “Soy inocente, busco la justicia de mis conciudadanos”
El ex presidente cierra el juicio por los trajes y espera veredicto junto a Costa
“Soy inocente y vengo a buscar la justicia que imparten mis conciudadanos, confiado y convencido”. Francisco Camps, ex presidente de la Generalitat valenciana, pronunciaba ayer esta frase en su alegato final, momentos antes de que el juez Juan Climent declarara finalizado el juicio de los trajes. En su breve intervención, mostró “agradecimiento” a su letrado, a los funcionarios del TSJ de Valencia, a la policía y “a todos los que han seguido con cariño este juicio”. Y volvió a dirigirse al jurado en busca de complicidad: “Conciudadanos de mi comunidad, quiero daros las gracias por haber representado al tribunal de manera ejemplar, intensa, concentrada y expectante respecto de cada cuestión que aquí se iba suscitando”.
En sus palabras volvía a manifestar lo que ya anunció al inicio de este juicio, que había llegado hasta aquí para demostrar que los valencianos, con su voto, “habían elegido un presidente inocente”. Otra actitud mantuvo el ex número dos del PP valenciano Ricardo Costa, que ha compartido con Camps veintiséis jornadas de vista oral y que renunció a hablar.
El juez convocó a las partes para el lunes para darles a conocer el objeto del veredicto, las preguntas a las que habrá de responder el jurado sobre la culpabilidad o inocencia de Camps y Costa y dictaminar así si se les condena por un delito de cohecho im- propio pasivo. La culpabilidad exige el apoyo de siete de los nueve miembros del jurado. El veredicto, previsto para el martes, indudablemente tendrá nuevas consecuencias en el futuro de Camps, que aún mantiene su escaño de diputado autonómico y es miembro del Consell Jurídic Consultiu.
A lo largo de cinco semanas han declarado ante el tribunal noventa testigos, y se han analizado miles de documentos. Sin embargo, han sido las conversaciones grabadas por la policía el aspecto más notorio de la vista oral. En ellas se ha evidenciado la complicidad y compadreo de los acusados con los jefes de la trama Gürtel. De alguna manera, la estética del juicio puede haber dañado aún más la imagen de Camps.
La última jornada fue la de las defensas, que solicitaron la absolución para sus clientes. Javier Boix, letrado del ex president, buscó con sus conclusiones subrayar que la familia de Camps “no es nada rica y está acostumbrada a vivir en la austeridad”. Boix insistió en que a lo largo de la vista oral “sólo se han presentado indicios, no pruebas”, y que si no hay pruebas “es como un asesinato sin cadáver”. Defendió que este era un juicio con fuerte carga política, contra lo que había señalado la Fiscalía, que se había originado por la “animadversión” del sastre José Tomás. “Camps tomó la decisión personal de sufrir todo lo que está sufriendo, dejar la presidencia, sentarse como acusado y soportar este juicio que vale por mil penas de cohecho”, concluyó su letrado.
El letrado de Costa defendió que pagó los trajes, que no hay pruebas contra su cliente y que, en el peor de los casos, Costa no tenía ninguna responsabilidad ejecutiva, era sólo dirigente del PP. Este aspecto es clave, porque el letrado recordó al jurado que según la ley al no ser funcionario o cargo institucional no se le puede atribuir un delito de cohecho pasivo impropio.