Muchos frentes abiertos
Los retos de Carmen Vela, nueva secretaria de Estado de Investigación
Dos meses después de las elecciones, los científicos aún no tienen ninguna pista –más allá de los recortes– sobre qué les deparará la nueva legislatura. El programa electoral del PP no citaba propuestas concretas sobre investigación. Y el nombramiento de una secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela, que ha sido atacada desde el propio PP antes de empezar a ejercer, no ha hecho más que aumentar el desconcierto de la comunidad científica. Vela, adscrita al ministerio de Economía que dirige Luis de Guindos, tiene ante sí varios frentes abiertos para conseguir minimizar el impacto de los recortes.
Vela es reconocida entre la comunidad científica por haber aunado su actividad investigadora con la dirección de una empresa biotecnológica viable. Conoce bien el mundo de la investigación y sabe cómo traducir la actividad científica en valor económico. Pero su apoyo público a Zapatero y Pérez Rubalcaba en el pasado y sus posturas favorables al aborto han sido duramente atacados desde algunos sectores del PP. Los científicos temen que estos ataques puedan debilitarla políticamente y limitar su capacidad de acción.
Aunque nadie duda de su capacidad como secretaria de Estado, su nombramiento ha sido interpretado entre la comunidad científica como un indicio de la escasez de especialistas en política científica en el PP y, por lo tanto, de la poca importancia que el PP concede a la investigación. La desaparición del ministerio de Ciencia, degradado a secretaría de Estado, confirma esta impresión.
Programa de excelencia Severo Ochoa.
Ante la reducción de los presupuestos de investigación aprobados en España desde el principio de la crisis, la ministra Cristina Garmendia creó el programa Severo Ochoa para garantizar recursos estables a centros de investigación de excelencia. Los centros seleccionados deben recibir un millón de euros al año durante cinco
años. Según los planes de Garmendia, deben sumarse al programa un máximo de diez centros cada año hasta el 2014. La comunidad científica defiende el programa Severo Ochoa como un medio de blindar la excelencia en tiempos de crisis; no obstante, falta ver si el gobierno del PP mantendrá intacto el programa iniciado por la ministra Garmendia. Jóvenes investigadores Ramón
y Cajal. El programa Ramón y Cajal, creado hace diez años cuando gobernaba el PP, ha permitido reincorporar a España a investigadores que habían ido a formarse a otros países. Se les ofrecía cinco años de contrato en un centro de investigación español, al final de los cuales podían optar a una plaza fija. Pero al haberse congelado la convocatoria de nuevas plazas, la mayoría de investigadores Ramón y Cajal que acaban su contrato de cinco años no tienen en estos momentos garantías de poder continuar su carrera investigadora. El futuro de los proyectos Consolider. Creado en el 2005 en la primera legislatura de Zapatero, el programa Consolider estaba destinado a formar grandes grupos de investigación en los que cooperaran científicos de distintas instituciones de cualquier lugar de España. El programa, iniciado en un momento de expansión económica, perseguía aumentar la masa crítica de investigadores en España con la perspectiva que, a partir de la cantidad, maduraría la excelencia. El PP no se ha pronunciado sobre si mantendrá esta política. Desarrollo de la ley de la Ciencia. La ley de la Ciencia, aprobada el pasado mayo con el apoyo del PP, prevé, entre otras medidas, la creación de la Agencia Estatal de Investigación, una antigua reivindicación de la comunidad científica para garantizar que los proyectos de investigación de larga duración tengan una financiación estable y no dependan de la coyuntura política de cada momento. La ley regula asimismo la carrera de los investigadores, aunque mantiene el modelo del investigador funcionario.