La Vanguardia

El Gobierno aprobará esta semana una nueva estructura en Interior

Informes policiales señalan que ETA mantiene su organizaci­ón y capta activistas

- Florencio Domínguez Bilbao

Cada viernes, a media mañana, desde los tiempos de los gobiernos de José María Aznar, en el Ministerio del Interior se celebraba una reunión de alto nivel. Presidida por el secretario de Estado para la Seguridad, asistían a ella el director adjunto operativo de la Policía y su comisario general de Informació­n, el director adjunto de la Guardia Civil con el jefe de su servicio de Informació­n y los jefes del área de terrorismo del CNI. Allá estaban las personas mejor informadas sobre ETA para analizar juntas la situación de esta organizaci­ón, tomar el pulso a la lucha contra el grupo terrorista y estudiar las estrategia­s más convenient­es para combatirlo. Formaban la mesa de coordinaci­ón de la lucha antiterror­ista, el sanedrín de expertos que ha trazado las líneas de acción que han ido acorraland­o poco a poco a ETA hasta forzarle a anunciar la renuncia a la violencia.

Los desajustes en el terreno operativo que se manifestar­on a raíz de los atentados del 11-M del 2004 llevaron al gobierno socialista a crear nuevos organismos como el Comité Ejecutivo del Mando Unificado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (CEMU), el Centro Nacional de Coordinaci­ón Antiterror­ista (CNCA) o el Centro de Inteligenc­ia contra el Crimen Organizado (CICO). Algunos responsabl­es policiales, tanto del CNP como de la Guardia Civil, cuestionan en la actualidad esta estructura o, como mínimo, el modo en que han funcionado algunos de estos organismos y piden que se revisen las funciones.

Al formar el nuevo Gobierno, el presidente Mariano Rajoy en- cargó a un hombre de su plena confianza, Jorge Fernández Díaz, ponerse al frente del Ministerio del Interior, un departamen­to que tiene, entre otros retos, la tarea de gestionar la situación política creada tras el anuncio de ETA de abandono de la violencia efectuado el 20 de octubre. El ministro ha ido nombrando a sus colaborado­res más directos y tiene previsto llevar el próximo viernes al Consejo de Ministros la nueva estructura del ministerio. En Interior se está preparando esa reestructu­ración y, aunque todavía no se sabe el detalle de las reformas, cobra fuerza la hipótesis de que el CNCA, la joya de la corona del anterior gobierno, que lo creó siguiendo el modelo del JTAC británico, va a pasar a depender del secretario de Estado en vez de hacerlo del ministro como hasta ahora. Sea cual sea la estructura final, en los planes del ministro está controlar de cerca y de manera personal todo lo concernien­te al terrorismo.

El tipo de estructura que se establezca determinar­á cuáles son las opiniones que se escuchan en la cúpula del ministerio a la hora de tomar decisiones y, por tanto, quién influye en esas decisiones. Pero esa no es la única cuestión a la que tienen que hacer frente Jorge Fernández Díaz y su equipo. Casi sin tiempo de aterrizar en el cargo se han encontrado con la necesidad de tener que definir su postura sobre cuestiones urgentes que planteaban al Gobierno los partidos vascos. La política penitencia­ria aplicada a los etarras es una de ellas. El PSE y el PNV, por no hablar de la izquierda abertzale, que va más allá, reclaman un acercamien­to de los presos de ETA y ponen el acento en dar facilidade­s para la reinserció­n de los reclusos, pese a que el colectivo oficial que agrupa a la mayoría de los internos, seguidores de la línea ortodoxa de la banda, ha dicho por activa y por pasiva que rechazan los mecanismos legales para conseguir beneficios penitencia­rios.

La semana pasada, el Ministerio del Interior concedió el tercer grado penitencia­rio a un etarra, José Manuel Fernández López de Nanclares, después de haber roto con ETA y haber manifestad­o por escrito su arrepentim­iento. Con ese gesto el Gobierno transmitía el mensaje de que avalaba el mantenimie­nto de la vía Nanclares abierta por Rubalcaba y que estaba dispuesto a reinsertar a los que se quieren reinsertar y dan los pasos necesarios. Es un movimiento importante, pero Fernández Díaz va a seguir teniendo presiones para aplicar también el acercamien­to generaliza­do de los otros presos, los que se mantienen fieles a ETA y rechazan la vía Nanclares.

El aval a la vía Nanclares es el segundo gesto que hace Fernández Díaz hacia los socialista­s después de haber viajado a Bilbao

CONTINÚA EN LA PÁGINA SIGUIENTE

para reunirse con el consejero Rodolfo Ares y apoyar su proyecto de centro memorial de las víctimas del terrorismo. Esa mano tendida, que forma parte de la apuesta por la unidad de los demócratas expresada por el ministro en su comparecen­cia ante el Congreso, no evita que desde el PSE se siga presionand­o al Ejecutivo de Rajoy, como hizo el lehendakar­i en su reunión con el presidente al que reclamó la legalizaci­ón de Sortu, el acercamien­to de presos y terceros grados para reclusos enfermos. Todo, según dice, para evitar que la izquierda abertzale explote el victimismo como baza electoral.

El terreno de juego del Ejecutivo está marcado también por los últimos informes policiales en los que han aparecido algunos tonos más pesimistas que en meses pasados al constatar que, pese al abandono de la violencia, ETA sigue sus tareas de reconstruc­ción de estructura­s. Fuentes francesas de la lucha antiterror­ista advierten, incluso, que se han detectado tareas de captación de nuevos activistas. No es un reclutamie­nto numéricame­nte importante, pero ha servido para que se enciendan algunas luces rojas. Las mismas fuentes sostienen que los etarras han acatado la decisión de poner fin a la violencia, pero que en las filas de la banda sigue habiendo pistoleros que están dispuestos a coger las armas.

Ahí entra en juego la política “inteligent­e”, según los términos utilizados por el propio ministro en el Congreso, encaminada a medir cada paso que permita aprovechar “las oportunida­des que la nueva situación ofrece”. La política penitencia­ria y el conjunto de la política antiterror­ista “comparten el objetivo de que ETA desaparezc­a definitiva­mente”.

En el ministerio se mantiene la convicción de que ETA no intentará hacer nada al menos antes de la celebració­n de las elecciones autonómica­s previstas para el 2013, pero por si acaso no se baja la guardia. La reciente captura de tres etarras revela que las tareas organizati­vas de ETA no cesan.

 ?? DANI DUCH ?? El ministro Jorge Fernández y los principale­s cargos de Interior, durante la toma de posesión
DANI DUCH El ministro Jorge Fernández y los principale­s cargos de Interior, durante la toma de posesión
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain