La continuidad de Cospedal inquieta a los barones del PP
La presidenta de Castilla-la Mancha seguirá de secretaria general
María Dolores de Cospedal seguirá de secretaria general tras el congreso del Partido Popular que se celebrará en Sevilla del 17 al 19 de febrero. Es lo único que todos los dirigentes populares dan por seguro a diez días de cónclave del PP y sin que nadie sepa nada sobre las intenciones de Mariano Rajoy para el partido, al que no se está dedicando nada de tiempo, absorto como está en la gestión del Gobierno.
Esta es una de las cuestiones que más preocupan a los barones territoriales del PP, en un contexto de ausencia de Rajoy de las tareas del partido, al que desde el triunfo electoral del 20 de noviembre sólo ha reunido en dos ocasiones: una en diciembre, para comunicar los nombramientos en el Congreso y el Senado, y otra en enero, cuando explicó al comité ejecutivo los recortes decididos el 30 de diciembre, y todo ello a pesar de que en la copa de Navidad en la sede de la calle Génova subrayó la importancia que tendría el partido.
Pero del dicho al hecho hay un trecho, y los barones autonómicos del PP ven con preocupación que uno de entre ellos adquiera más poder que los demás: es decir, que María Dolores de Cospedal no sólo sea la presidenta de Castilla-la Mancha, sino que sea algo más que otros presidentes. Algunos dirigentes autonómicos encabezan el malestar por la continuidad de Cospedal como número dos del PP, por la experiencia de la anterior legislatura.
Se trata de los presidentes autonómicos de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, y de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, que hace unos meses vieron como Cospedal apostaba por el corredor ferroviario central, que beneficiaba a Extremadura, Castilla-la Mancha, Madrid y Aragón, en detrimento del corredor del Mediterráneo, que beneficiaba a las comunidades de Valen- cia y Murcia, también gobernadas por el PP. El problema del agua y la necesidad de futuros trasvases hacen temer a los presidentes de Murcia y Valencia nuevas decisiones del partido que vayan en contra de sus intereses.
Pero la preocupación no se limita a estos presidentes autonómicos. Otros, como el riojano Pedro Sanz y el más que probable futuro presidente de Andalucía, Javier Arenas, también estarían preocupados, según las fuentes
El acceso del PP al Gobierno ha dejado el partido descabezado, con sus dirigentes volcados en los cargos institucionales
consultadas, por esa primacía de uno de los suyos sobre los demás. Las mismas fuentes señalan que los barones del PP han visto en las últimas semanas no sólo que Cospedal habla desde la presidencia de Castilla-la Mancha en nombre del partido, sino también cómo se erige desde esa platafor- ma en portavoz del Gobierno central.
Eso es producto, aseguran las fuentes consultadas, de la “desolación” en la que se ha sumido la sede del PP, en la calle Génova, desde que llegó al Gobierno. En este sentido, y aparte de la secretaria general, que está en Toledo presidiendo Castilla-la Mancha, el vicesecretario de acción territorial, Javier Arenas, se encuentra en Sevilla en plena precampaña andaluza, y la vicesecretaria de organización, Ana Mato, es la ministra de Sanidad y no se puede dedicar al partido.
Los maitines que Rajoy celebraba los lunes no han vuelto a reunirse, el comité de dirección no existe, y los grupos parlamentarios sólo reciben instrucciones de la vicepresidenta de Gobierno, aunque, eso sí, hay una dirección de estrategia que coordina todo, según afirman las mismas fuentes. Ahí, los barones regionales tendrían un papel importante en el partido, pero ese papel puede quedar ensombrecido por la figura de uno de ellos: la presidenta de Castilla-la Mancha. A la incertidumbre se suma el hecho de que Mariano Rajoy no ha dado la menor pista sobre a quién pretende entregar las riendas de un PP en el Gobierno.