Creador del grupo Anaya
GERMÁN SÁNCHEZ RUIPÉREZ (1926-2012) Editor y mecenas
Germán Sánchez Ruipérez respondía en buena medida a los tópicos del castellano viejo. Proyectaba una imagen de hombre serio, tenaz, poco amante de entretenimientos frívolos. También era un personaje un tanto misterioso. Yo había coincidido con él algunas veces, en Frankfurt con motivo de la feria o en algún acto del mundo del libro, y se escabullía con rapidez cuando me identificaba como periodista. Al menos en sus dos últimos decenios, prefería la discreción al foco, y delegaba el protagonismo de sus iniciativas en algunos de sus colaboradores, como su mano derecha Antonio Basanta. Sin embargo, muchas de esas iniciativas fueron importantes.
Sánchez Ruipérez fue, en primer lugar, el fundador de Anaya, uno de los grandes grupos editoriales españoles del último medio siglo. Nativo de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), hijo de libreros salmantinos, se inició también él en esa profesión. Personaje voluntarioso como era, a principios de los años cincuenta decidió aprender ingles y para conseguirlo conectaba cada mañana a las 8 en punto la BBC. Consiguió su propósito, ganó una beca del British Institute y se fue unos meses a Londres, donde siguió un cursillo de técnicas de edición con sir Stanley Unwin, máxima autoridad de la época en esta materia.
En 1958 fundó en Salamanca la editorial Anaya, que tuvo su primer éxito con una Gramática española escrita por su amigo Fernando Lázaro Carreter. En los años siguientes se consagró al libro de texto, convencido de que “en un país que dejaba atrás una Guerra Civil, uno de los recursos para salir adelante, quizás el más importante, era la educación”. Contribuyó a la renovación de este mercado y en los años setenta, con la reforma del ministro Villar Palasí, acabó de consolidarse.
El paso siguiente fue crear nuevos sellos de carácter universitario y técnico (Cátedra, Pirámide) y adquirir otros, como Tecnos y, en especial, Alianza, la pionera del libro de bolsillo en España. Atento al mapa cultural de la democracia, fundó editoriales en gallego (Xerais, 1979, decisiva para la renovación literaria en esta lengua), catalán (Barcanova, 1980), vasco (Haritza) y de orientación andaluza (Algaida). A semejanza de su competidor Jesús Polanco, que como él venía del libro de texto, Sánchez Ruipérez impulsó un diario en Madrid, El sol, que no cuajó y tuvo que cerrar tras dos años.
Casado con Ofelia Grande Rodríguez, sin hijos, en 1998 tomó una decisión que desconcertó a muchos: vendió su imperio del libro a la multinacional francesa Havas, por una suma se dijo entonces que astronómica. Buena parte de los beneficios los revirtió en la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Esta institución, consagrada al estudio del libro y las bibliotecas, y a promover la lectura, se ha convertido en una referencia internacional. Sus publicaciones han renovado la historiografía española en los temas que aborda, y su proyección en la enseñanza es de primer orden. Se trata de una de las principales fundaciones culturales nacidas entre nosotros en época reciente, por cuyas aportaciones recibió incontables galardones y reconocimientos.
Germán Sánchez Ruipérez ha fallecido en la República Dominicana, donde pasaba unos días de vacaciones con su esposa, tras permanecer dos días hospitalizado como consecuencia de una caída. En los últimos años se mantuvo indirectamente ligado al mundo editorial a través de Siruela, que adquirió a Jacobo Siruela y que dirige desde entonces su sobrina, Ofelia Grande de Andrés.
El editor y mecenas no podrá ver culminado el mayor proyecto de su fundación, la Casa del Lector de Madrid, un complejo de 8.000 metros cuadrados en el antiguo Matadero Municipal. Dirigido por el ex ministro César Antonio Molina, su inauguración está prevista para este año 2012.
SERGIO VILA-SANJUÁN