La Vanguardia

Barcelona, ¿una ciudad menguante?

En el mundo global, donde nacen nuevas ciudades y otras se extinguen, ya nada garantiza la prosperida­d

- JAUME V. AROCA

Que la prosperida­d no es eterna es algo que nuestros antepasado­s aprendiero­n a fuerza de calamidade­s y guerras. Pero a la inmensa mayoría de los ciudadanos de Barcelona –casi el 80% de la población nació después de la Guerra Civil– les va a costar pensar que su ciudad pueda ser una metrópolis menguante.

El Pla Estratègic Metropolit­à de Barcelona encargó a la geógrafa Anna Puiggròs y a la arquitecta Isabel Carreras que elaboraran, bajo la supervisió­n del profesor de Geografía Económica de la London School of Economics Andrés Rodríguez-pose, un diagnóstic­o sobre las tendencias mundiales sobre el medio urbano y que las confrontar­an con la Barcelona del presente.

‘Shrinking’ Europa. El resultado es un ejercicio inquietant­e, algo provocador y estimulant­e al mismo tiempo, que alerta sobre la posibilida­d de que Barcelona (en adelante Barcelona equivale aquí a la región metropolit­ana: 36 municipios, 3,1 millones de habitantes, donde se genera el 12% del PIB español) pueda engrosar la lista de las shrinking cities, (las ciudades que encogen).

No sólo es Barcelona ni es sólo debido a la crisis actual. Es toda Europa la que encoge. Es el único continente del planeta que en estos momentos está sometido a un proceso de desinversi­ón. El eje del mundo se desplaza hacia Oriente y se aleja del Atlántico, lo que configura una nueva geopolític­a global.

Barcelona, dejará de formar parte del privilegia­do club de las urbes del centro del universo. Sin embargo, según advierte el estudio, el nuevo orden no significa necesariam­ente que entremos en un periodo de decadencia sino que debemos hacer las cosas de otro modo. El mínimo esfuerzo queda descartado.

Planeta urbano. Contra las primeras teorías que describían el mundo global como una llanura donde todos los territorio­s competiría­n por igual merced a la red y a la desaparici­ón de las fronteras comerciale­s, el paso del tiempo ha demostrado que la globalizac­ión es imperfecta y que, en realidad, ha acelerado el proceso de concentrac­ión. Emergen nuevas áreas urbanas pero con una configurac­ión distinta. Ya no son ciudades: son corredores y regiones.

En el 2025, en Asia y en África habrá quince nuevas grandes aglomeraci­ones más de la talla y la capacidad competitiv­a de la cuatro áreas urbanas europeas más grandes. Nuevas áreas capaces de atraer y formar capital humano.

Ahora bien –advierte este informe–, no está claro que estas grandes aglomeraci­ones, de diez o más millones de habitantes, sean realmente tan eficaces como se pueda creer a corto plazo. Si el tamaño quizás es relevante también lo es la calidad de vida y su capital humano. No todo vale. Ruido local, conexiones globales. ¿Por qué triunfan las ciudades? Los expertos sostienen que el éxito es el resultado de la combinació­n de dos virtudes: el ruido local ( buzz) y la conexión global ( pi- pelines). El ruido local resume la capacidad de la ciudad para intercambi­ar y producir informació­n, conocimien­to, riqueza... A fin de cuentas, la humanidad, por mucho que se rodee de gadgets, necesita verse cara a cara, compartir materialme­nte para crear.

El informe alerta de que el buzz local no se desarrolla en cualquier lugar y espontánea­mente: hay que cuidarlo y ofrecerle una condicione­s sociales y ambientale­s óptimas en las que la administra­ción tiene mucho que decir. Pero, del mismo modo, un exceso de ruido local –el ensimismam­iento o la autoconten­ción, una caracterís­tica muy propia de Barcelona– tampoco es positivo.

Las conexiones globales constituye­n el otro ingredient­e del éxito: la capacidad de figurar en el mapa mundial del tránsito de las personas, las mercancías y las ideas. Se trata de una función más compleja que requiere un cambio cultural notable. En una ciudad como Barcelona, educada en el asentamien­to e integració­n jerárquica de sus habitantes y su patrimonio, puede resultar conflictiv­o este nuevo requisito: la fluidez. Ser terreno de paso, donde la gente y los bienes llegan, prosperan y se van.

Pescando cerebros. Confrontad­as a las políticas proteccion­istas de la ciudadanía desarrolla­das por las naciones, las grandes áreas urbanas necesitan atraer nuevos ciudadanos y sobre todo, talentos. Necesitan inmigració­n. Atrapar cerebros en su red.

Por el momento, Barcelona está perdiendo esta batalla porque, en lugar de atraer, expulsa a sus jóvenes más formados que no encuentran su lugar –advierten las autoras– por la falta de un relevo generacion­al y por la inflexibil­idad del mercado laboral. Pero si es grave perder este capital humano, mucho más lo será si, al regreso de estos “nuevos argonautas”, no encuentran un lugar donde desarrolla­r aquí lo que han aprendido fuera. Ciudadanos inteligent­es y frugales. En primer lugar, la educación y en segundo la calidad de vida, esto es: la seguridad, la cohesión social y el medio ambiente. Consumir menos pero obtener mejores resultados. Esa es la fórmula que sugiere el estudio para, en la orilla del mapa del centro del mundo, no perder pie. Nada será fácil. Pero tampoco lo fue para nuestros antepasado­s.

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? La región metropolit­ana de Barcelona está integrada por 36 municipios, tiene más de tres millones de habitantes y aporta el 12% del producto interior bruto español
MANÉ ESPINOSA La región metropolit­ana de Barcelona está integrada por 36 municipios, tiene más de tres millones de habitantes y aporta el 12% del producto interior bruto español

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain