De arte y castellers
La polémica en torno a la gran escultura ‘Homenatge als castellers’ volvió a estar presente en su inauguración oficial
El arte es algo muy complicado. Tanto como establecer su valía o coste y la relación entre ambos conceptos. Tanto, que Ernst Gombrich teorizó que no existe el arte, sino sólo los artistas. ¿Y si lo que hacía Tàpies no me parecía arte, no entiendo nada de arte?, habrá pensado alguien estos días. Puede, pero siempre cabe reivindicar la condición de hombre (mujer, niño...) y citar al filósofo Dino Di Formaggio: “Arte es aquello que el hombre llama arte”.
En la plaza de Sant Miquel de Barcelona se reunieron ayer centenares de críticos de arte (o sea, personas), la mayoría castellers de las seis colles barcelonesas, pa- ra asistir a la inauguración oficial de la última obra de arte instalada en un espacio público de la ciudad: Homenatge als castellers, de Antoni Llena, y allí se oyeron pues muy variadas opiniones: “Espantoso”. “No pega en esta plaza”. “Estupendo algo tan moderno aquí, en el barrio antiguo”. “Le cogeremos cariño con el tiempo”. “Muy fea, ¿no?”. “Nadie de fuera entenderá que es un homenaje a los castellers”. “Me gusta... Tan monumental... Y los grafiteros apenas tienen espacio para pintar, Claro que atrae mucho a los perros, mire aquella pata”. “Falta pan, no chatarra” (cartel).
La obra ya suscitaba polémica antes de acabarse, por su estética –una estructura de gruesos hierros entrelazados de 30 metros de altura–, su ubicación y su coste. El líder municipal del PP, Al- berto Fernández, había sido el político más crítico con el proyecto y ayer repitió sus argumentos en un comunicado: “Es inadmisible que en tiempos de crisis se gasten 705.000 euros en una escultura de dudosa estética y adjudicada a dedo”. Ese era también el principal argumento que coreaban y exhibían en carteles los jóvenes de la asamblea de indignados del Barri Gòtic. Junto a ellos, un grupo de trabajadores de TMB reivindicaba lo suyo.
El alcalde Trias expuso que tuvo sus dudas sobre la ubicación de la obra, pero que Llena se las despejó, y le felicitó “por este gran e innovador monumento, una excelente alegoría de los castellers y sus valores. Desde mi despacho veo como a la gente que pasa bajo él les da fuerza y alegría...”.
Llena se defendió con mucho arte en algunos momentos y con menos en otros. “La mayoría de los artistas que hoy son respetados fueron criticados en su tiempo”. “Gracias a los que protestáis por hacerme tanta publicidad”. “Un político (se refería a Fernández Díaz) ha dicho que mi escultura es como el alambre del ta- pón del champán (sic). Hago mía la metáfora: el tapón quiere ascender al cielo, escaparse de la botella... y el líquido se libera... Quién sabe si esta obra terminará siendo símbolo de la independencia de este país”. “¿El coste? Si hoy la vendiéramos nos pagarían cuatro veces más. Barcelona ha hecho un buen negocio”.
El arte es muy complicado. ¿Qué significa exactamente la obra de Llena? El artista lo ha dejado claro con una frase de Paul Celán grabada en el suelo, junto al nombre de la pieza: “Soy yo cuando tú eres tú”.