El hombre que perdió a Whitney
Houston culpó a su ex marido, Bobby Brown, de llevarla por la mala vida
Nueva York Corresponsal
Hay amores que matan. El músico Bobby Brown aparece hoy como uno de los personajes más vilipendiados en Estados Unidos. Whitney Houston, su ex esposa, falleció el sábado en el hotel Beverly Hilton de Los Angeles (ver más información en Cultura), donde debía participar en la gala de los premios Grammy celebrada esta pasada madrugada. Todo apunta que, a sus 48 años, ha sido víctima del efecto de la mala vida.
Si alguien le abrió la puerta de esa senda autodestructiva, ese alguien fue su ex marido, coinciden todos los medios.
“Su matrimonio con Bobby Brown –se lee en el obituario que ayer le dedicó The New York Times– se transformó en un asunto miserable... En los años 2000 sus singles desaparecieron de las listas y Houston se convirtió en sujeto de los tabloides: The National Enquirer publicó una foto de su lavabo con toda la parafernalia de las drogas”.
La propia artista culpó a Bobby. Lo hizo en el 2009, en una entrevista que concedió a Oprah Winfrey. En el sofá de la reina de la televisión, Whitney Houston se describió como una adicta perseverante a la marihuana, la co- caína y las píldoras. La caída en este vicio devastador, en el que no faltó la violencia doméstica, la atribuyó a la influencia directa del que había sido su pareja.
“Cuando quieres a una persona, la quieres, no puedes dejar de quererla porque tú tengas una imagen diferente, Bobby y yo salimos prácticamente del mismo sitio”, declaró en 1993 a la revista Rolling Stone. En el historial de Brown había detenciones y estancias en prisión por tenencia de sustancias estupefacientes o por no pagar la pensión que debía abonar para la manutención de los hijos fruto de otra relación.
Contrajo matrimonio con él en
La emoción ante su muerte forzó al ex marido a interrumpir su actuación en Misisipi
1992, con el que tuvo su única hija, Bobbi Kristina, a la que alumbró en 1993 y que le acompañaba durante esta estancia en la ciudad californiana. Se divorciaron en el 2007 y ella se hizo con la custodia. “No se puede confiar en él”, declaró ante el tribunal. “Si dice que vendrá, a veces lo hace, casi nunca cumple”, matizó.
“Consumir drogas –confesó a Oprah un par de años después– se transformó en una actividad diaria. Quería hacer mi trabajo, pero, durante dos años, tomar drogas fue lo habitual, cada día, me destruía”, añadió. Acababa de editar su último disco – I look to
you–, un nuevo intento por rehacer su prodigiosa carrera de oro.
Bobby Brown emergió como la piedra angular a quien atribuir la pérdida del rumbo vital y de las facultades en su extraordinaria voz. Sin embargo, Whitney Houston concedió en el 2002 otra entrevista en la que entonó el mea
culpa: aunque negó el consumo de crack, “gano demasiado dinero”. En la ABC, a Diane Sawyer le aseguró: “El mayor demonio está dentro de mí, a veces es mi mejor amigo, en otras mi peor enemigo”.
El fallecimiento de Whitney cogió a Bobby Brown en Southaven (Misisipi), donde tenía concierto con su grupo, New Edition. Decidió seguir adelante. Le desbordó la emoción. Su voz se agrietó al inicio de una balada y desapareció de escena tras declarar: “Quiero decirte que te quiero, que es muy duro estar aquí”. Durante la interrupción, por megafonía se escuchó a Whitney Houston y su You give
good love. El público entonó la
melodía.
c