Viajes a ninguna parte
Xavi e Iniesta no jugaron en Pamplona por el mal estado del terreno de juego
El preparador físico Juanjo Brau se apresuró a revisar antes del partido el piso del Reyno de Navarra. Helado, pétreo, irregular, terreno abonado para las lesiones y obstáculo para el fútbol de precisión. Este capítulo, tan determinante en el juego azulgrana, incidió decisivamente en la configuración de la alineación. Guardiola, que no pensaba preservar a nadie para Leverkusen, llegó a la conclusión de que no valía la pena arriesgar a dos creadores en cierto estado de fragilidad, Xavi e Iniesta, y concedió el centro del campo a Mascherano, Thiago y Sergi Roberto. Las consecuencias fueron nefastas para el Barça, una derrota que reafirma la inconsistencia del equipo fuera del Camp Nou a lo largo de la temporada. Con 16 puntos extraviados, los desplazamientos del Barça se han convertido en viajes a ninguna parte.
Durante el vuelo a Pamplona, Xavi se declaró perfectamente recuperado de sus molestias en el sóleo que le habían apartado en 2 de los anteriores 3 encuentros. Iniesta, por su parte, había reaparecido con un par de minutos ante el Valencia después de 4 ausencias por una rotura en el bíceps femoral de su pierna izquierda. En otro campo hubieran jugado, en la Siberia navarra permanecieron en el banquillo. “Fue una de las peores primeras partes del equipo –admitió Carles Puyol–. No hay que utilizar excusas. Sabíamos que haría frío pero ese no fue el problema. Lo que más nos complicó el partido fue el campo. Estaba muy duro y al principio nos
VISITANTE VULGAR Sólo 4 victorias fuera del Camp Nou, la mitad por la mínima, y escasa capacidad de reacción PISTA DE HIELO “El campo estaba muy duro y al principio nos costaba mantener el equilibrio”, dice Puyol
costaba mucho mantener el equilibrio. Nos costó adaptarnos a las circunstancias”.
¿Hasta que punto influyó la ausencia de Xavi e Iniesta? El Barça careció de orientación y pausa, volvió a empezar desco- nectado y una vez más pagó la falta de puntería. Por primera vez en el torneo ningún azulgrana superó los 100 pases (Alves, el que más, realizó 82). Pero es que fuera del Camp Nou, aún disponiendo de todos sus efecti- vos, casi nunca encuentra la brújula. En 11 desplazamientos, cuatro victorias, cinco empates y dos derrotas, pocas alegrías y mucho sufrimiento incluso en los triunfos. El equipo de Pep ha dejado de ser un visitante implacable. La mitad de sus triunfo a domicilio han sido por la mínima (0-1 en Granada y Gijón) y su superioridad únicamente fue manifiesta en el Bernabeu (1-3) y en campo del Málaga (1-4).
Si el saldo realizador en el Camp Nou es de 42 goles (45 a favor y 3 en contra), fuera se reduce a 5 (18 a favor y 13 en contra) cuando el del Madrid es de 24. No resulta fácil ver a un Barça arrancando con los cinco sentidos y con la vocación de apisonadora que ha lucido en los últimos años. De los cinco encuentros en que se ha encontrado con desventaja (en campos del Valencia, Athletic, Getafe, Real Madrid y Osasuna) únicamente ha sido capaz de imponerse en uno, justamente en el más comprometido, en el Bernabeu, donde desplegó los recursos, la tensión y el vigor que ha ocultado en otros destinos.