Fábrica de inestabilidad
El Bayer Leverkusen está sufriendo una temporada de jaqueca
Aspirante, por calidad e infraestructura, a mayores cotas, esta temporada está siendo una jaqueca para el club de las aspirinas. El Bayer Leverkusen, que recibe mañana al Barça en los octavos de Champions después de haber apeado al Valencia en la fase de grupos, no conoce la tranquilidad este curso: después de unas carísimas obras en el estadio, el urgentísimo cambio de patrocinador en verano, el medio-
POLÉMICO Y LESIONADO Ballack, que es baja por lesión, se ha convertido en un foco de conflicto entre técnico y grada
cre rendimiento del nuevo entrenador, Robin Dutt, el teatro formado alrededor de las no-alineaciones de Michael Ballack, las lesiones de jugadores determinantes, la falta de gol y el exceso de declaraciones altisonantes en la directiva han convertido el Bayarena en un pozo de decepciones.
En Alemania conocen al Leverkusen como el Werkself, literalmente el Once de la fábrica, por aquello de su vinculación al con- sorcio químico. Cierto que esta temporada el club ha sido una fábrica de inestabilidad, hasta tal punto que uno de los jugadores más prometedores del equipo, Lars Bender, escribió hace unas semanas un editorial en la revista que se reparte en el estadio para advertir que las pitadas como las que recibió el equipo contra el Maguncia, en el primer partido del 2012, no ayudaban en nada al joven vestuario de Dutt. Aquel encuentro acabó con una victoria (3-2) que apenas pudo celebrar el Leverkusen, indignada como estaba la grada por la sustitución de Ballack en el minuto 60.
El ex capitán de la selección alemana, que se ha lesionado y es baja para mañana, simboliza la poca sintonía que tiene la afición con el entrenador que llegó en verano para sustituir a Jupp Heynckes. A los propios jugadores les costó cambiar de técnico. Trascendió en otoño incluso cierta polémica porque mientras seguía sin mostrar una línea de juego clara, el nuevo entrenador se entretuvo marcando otras directrices más mundanas: prohibió las bebidas de cola, las bolsas de patatas chips y la Nutella a sus jugadores.
El Leverkusen acabó la primera vuelta de la Bundesliga en sexta posición, con 26 puntos, su peor rendimiento en siete años. Ahora tiene 31 puntos tras la jor- nada 21, a 15 del liderato y 10 de la zona Champions. Su inconstancia ha sido su gran defecto: ha sido incapaz de hilvanar más de dos triunfos seguidos y no ha vencido a ninguno de los equipos de arriba (Dortmund, Bayern, Gladbach y Schalke).
Precisamente este último equi- po le puede servir de inspiración ahora en Europa: el Schalke de Raúl llegó a semifinales de la Liga de Campeones el año pasado a pesar de deambular como un paria en la Bundesliga. Tendrá que mejorar mucho, no obstante, ante el Barça si lo quiere inquietar. En ataque –ha marcado sólo 28 goles en Liga– echan de menos a un verdadero killer del área. Para más reparo, contra los azulgrana no estará el fornido Derdiyok. En defensa, igualmente acusan no tener ningún líder, pero les ha venido de perlas reforzarse en invierno con el lateral Corluka. 1,93 m mide el croata.
Sí, el poder aéreo es la gran ventaja local en el partido de mañana. 1,85 m tiene de media el once del Bayer, medio palmo más que el azulgrana. En los cuatro partidos que lleva de 2012, ha marcado tres goles de cabeza a la salida de un córner. Además tiene en Kiessling, (1,91m) el jugador de la Bundesliga que más balones por alto gana. Si este delantero conecta con Schürrle, el más habilidoso y veloz desde la mediapunta, el Leverkusen incordiará. El mediocampo, rocoso y disciplinado, es la mejor línea renana. Dutt lo poblará con el central Reinartz para dar quebraderos de cabeza a Messi y compañía. Para la jaqueca propia el Bayer aún no ha encontrado remedio.